Mirar y ver
Clase de Religión
Cada alumno es mirado en su absoluta dignidad personal, sintiéndose único y valioso
El mes de junio es mes de matriculaciones en todos los niveles educativos. Es momento también de elegir la asignatura de Religión , demasiadas veces maltratada en la ley, a pesar de que la Constitución garantiza la libertad religiosa y el derecho de los padres a que sus hijos reciban la formación religiosa y moral acorde con sus propias convicciones.
En Córdoba , la matriculación en la asignatura de Religión Católica, en todos los centros educativos de la ciudad y provincia, durante este curso, fue del 74% (78% en Infantil, 79% en Primaria, 63% en Secundaria y 71% en Bachillerato), según fuentes de la Delegación Diocesana de Enseñanza. Este alto índice de matriculación, manifiesta el valor que la sociedad le concede.
Una educación verdaderamente integral no puede excluir ninguna dimensión humana . La asignatura de Religión, de carácter escolar y académico, se ocupa de la dimensión trascendente y religiosa del alumnado, a través del conocimiento del hecho religioso, la fe en Jesucristo y el mensaje cristiano y de la Iglesia. Por otra parte, es indudable la importancia del cristianismo para la comprensión de la cultura occidental .
Al mostrar al alumnado el fenómeno religioso o el acontecimiento cristiano, inserto en la historia de la humanidad, relacionado con las corrientes de pensamiento de cada época, descubriendo su influencia en el arte, la lengua, la literatura, la filosofía, el derecho o las costumbres, se les capacita para situarse en el mundo y comprenderlo y se les forma como ciudadanos dialogantes en el contexto multicultural e interreligioso actual. La asignatura de religión posee además una fuerte dimensión humanizadora .
Una clase que tiene como centro a la persona, en la que cada alumno es mirado en su absoluta dignidad personal , sintiéndose único y valioso y que acoge la diversidad como riqueza; que les enseña a respetar y cuidar la creación y a los demás como hermanos suyos que son; a reflexionar sobre sí mismos y la realidad, a conmoverse por los problemas del mundo y sentirlos como propios, convencidos de que el amor es la mejor arma; una clase que responde a la pregunta sobre el sentido de la vida, que todos buscan, y que les ayuda a vivir en la confianza radical de haber nacido para amar y ser amados. Yo me apunto.
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