Mirar y ver
Bacterias y patrimonio
La Puerta del Puente es la imagen misma de Córdoba y la que guarda el instante de cada una de las miradas de quienes en todo momento vinieron
Fuera de la comunidad científica, si alguien habla de bacterias nos echamos a temblar. Resistentes a los medicamentos , indetectables, causantes de enfermedades. Pero, en esta semana, hemos conocido su funcionalidad para solucionar y prevenir problemas de nuestro Patrimonio arquitectónico por su facultad de producción de carbonatos que consolidan la piedra , a través de lo que se conoce como carbonatogénesis bacteriana. La restauración de la Puerta del Puente ya está en marcha . Urbanismo ha puesto fin a años de espera para reparar los daños producidos a causa, entre otras, de las características de la piedra y de la humedad del subsuelo, a través de este innovador método.
La Puerta del Puente, indultada por el tiempo, ha contemplado el paso de la historia , vinculada al río, al puente y a la Vía Augusta desde época romana. Por ello, fue llamada por los musulmanes Puerta de Alcántara, que la convirtieron en la entrada principal, y también Puerta de Algeciras, al ser el acceso sur de la ciudad. Su remodelación, de factura renacentista , fue realizada por Hernán Ruiz en el siglo XVI, quien le otorgó su actual fisonomía, pasando por diferentes restauraciones a lo largo del siglo XX, a la que se une la que se llevará a cabo próximamente, tan necesaria como reclamada y que ahora, afortunadamente, será posible.
La Puerta del Puente es la imagen misma de Córdoba y la que guarda el instante de cada una de las miradas de quienes en todo momento vinieron a ella. Es el recuerdo grabado en la memoria de los que alguna vez la vieron y la ven con la fachada de la Mezquita-Catedral al fondo y San Rafael alzado a su izquierda. Guarda las voces de los siglos; reyes, embajadores, tropas, comitivas, peregrinos, mercaderes, artesanos con sus productos, viajeros, visitantes, que susurran «hemos llegado a Córdoba», en diversas lenguas, en diferentes culturas, desde siempre. «¡Levad, levad, que afluye/ la llana comitiva de los pueblos!/Pasan del río al zoco o a la aljama/bajo el boato de los sicomoros», confirma Vicente Núñez. La Puerta es vigía, testigo y generosidad de la ciudad que recibe, donde poder contemplar como Juan Bernier el «amarillo perfil de arquitectura/de cúpulas y torres coronado,/ torso de duro mármol cincelado,/estatua de ciudad. Córdoba pura».
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