Mirar y ver
Alegría de mayo
Mayo de pregón, de exaltación de la ciudad, de su belleza, historia, tradiciones y cultura
Escapadas por los patios de la provincia de Córdoba
No hay mejor medicina para apreciar lo que tenemos que estar a punto de perderlo. Así de tercos somos , a pesar de ser esta una experiencia constante. Pensábamos que lo habíamos perdido, pero mayo llegó después de dos años y estalló la alegría desmedida. Alegría a borbotones, porque aquí, este mes deja de estar en el calendario si no lo podemos celebrar.
¡Ojalá siempre fuera mayo en Córdoba! Me gustan los nombres que lo expresan: pregón, flores, cata, cruces, rejas, balcones, patios, romerías, feria. Y también los verbos que lo conjugan : percibir, descubrir, sorprenderse, oler, saborear, encontrarse, disfrutar, amar, reír, agradecer. Mayo de pregón , de exaltación de la ciudad, de su belleza, historia, tradiciones y cultura. Pregones de verdades sentidas, contrarios a los que se encargan por un cuarto al pregonero. Mayo anticipado de cata de los mejores vinos para comenzar y reconocerse. Mayo de cruces que proclaman su triunfo sobre la muerte, huelen a resurrección y alegría, azahar y jazmín, suenan a música bailona, ofrecen sabores de siempre y celebran la vida con todo el esplendor y colorido de claveles, clavellinas, geranios y azucenas. Las rejas de flores en rojo, blanco, rosa o violeta y los balcones , esos palcos de la intimidad, que se abren hacia la calle e inevitablemente vuelven a nuestros ojos curiosos, se engalanan con gitanillas que cuelgan al aire, confiadas en la mirada de quienes las admiran. Mayo vive en los patios de silencio al arrullo del agua, que como la vida, corre en la fuente o permanece serena en el pozo, puerta abierta, trozo de existencia generosa de quien comparte casa y cosas con amigos y forasteros. Mayo se viste de faralaes , mantón, pendientes, peinetas, sombrero de ala ancha, y calza tacón o botos para pisar el albero del Real.
Ojalá siempre fuera mayo en Córdoba para no olvidar nuestra condición peregrina , romeros hacia Santo Domingo, de la Virgen de Linares o del Rocío, «ser en la vida […] solo romero/ […] pasar por todo una vez, […] ligero, siempre ligero», vocea León Felipe.
Ojalá siempre fuera mayo en Córdoba, porque la quiero alegre , llena de ganas de vivir, rebosantes sus calles y plazas, amable anfitriona de visitantes, activa, valiente y esforzada, creativa y creadora, bella como siempre y buena, sobre todo buena.
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