30 AÑOS DE LA MUJER EN EL EJÉRCITO

Margarita Lendímez, de la BRI X, de Córdoba: «Siempre me decía yo puedo con esto; y podía»

Siete mujeres militares destinadas a la base de Cerro Muriano relatan cómo es su presencia en las Fuerzas Armadas

Las siete mujeres militares que participaron en el reportaje de ABC, en la base de Cerro Muriano Valerio Merino

Pilar García-Baquero

Con motivo del treinta aniversarion de la incorporación de mujeres, ABC Córdoba habla en la base militar de Cerro Muriano con siete féminas militares. Ofrecen distintos perfiles profesionales. Desde conductoras de tanques a estrategas de la Unidad de Inteligencia pasando por logística, no hay unidad vetada a la mujer. Éstos son sus testimonios.

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La sargento primero durante la conversación mantenida por ABC con mujeres militares V. M.

Rocío Camino, sargento primero

La sargento 1º Rocío Camino recibe un Whatsapp de su marido , subido al carro de combate en misión en Noruega , en medio de la nieve y rodeado de bisontes salvajes. Orgullosa de su trabajo pero más aún de donde ha llegado desde que tomó la decisión de ser militar de carrera en el Instituto. Después de pasar por los carros de combate , esta mujer militar pertenece al Sistema de Gestión Logística del Ejército (SIGLE) del primer Batallón Reina II.

Por sus manos pasa toda la logística desde el encargo de un fusil a la reparación de la pieza de Zapadores. Esta mujer atenta a todo de ojos expresivos cuenta cómo llegó hace 25 años al Ejército , cuando prácticamente había pocas féminas con uniforme militar. Fue el 1 de septiembre del año 1993, sólo cinco años antes, España aprobaba un reglamento por el que la mujer podía incorporarse a las Fuerzas Armadas. Cinco años después, a principio de los noventa aún la presencia de la mujer era escasa. « Cuando llegué la preocupación que tenían en la B ase Militar de Cerro Muriano era poner un bidé al vestuario de las mujeres ; yo lo veía útil pero no imprescindible; me llamaba mucho la atención que esa fuera la mayor de las preocupaciones de los hombres al adaptar un mundo que había sido hasta entonces exclusivo de hombres».

Casada y con dos hijos de 11 y 6 años, compatibiliza a la perfección su trabajo con ser madre, aunque cuando el padre está fuera, los esfuerzos se dupliquen. Rocío abrió un camino a las mujeres que vendrían 20 años despué s

2

La teniente de artillería Taisma, flanqueada por la sargento Camino y la soldado Lendínez V. M.

Raquel Taisma, teniente de artillería

Raquel Taisma , de 29 años y tinerfeña, es una de las últimas en incorporarse a la BRI X . De padre, abuelo y hermanos militares, en 2009, cuando acabó Selectividad, le dijo a su progenitor que quería seguir la carrera militar . Su sueño era ser artillera, como él.

Tras muchas oposiciones «duras», asegura, esta joven ha logrado ser teniente y participar en una misión internacional como fue Líbano en el año 2016/2017. En el Ejército nunca se ha sentido excluida o menospreciada por ser mujer. El compañerismo es tremendo, y más aún si estas en una misión como la de Líbano . «No me faltaba de nada», asegura con una sonrisa bromeando al decir que se sentía «la reina del Líbano» .

La teniente Taisma recuerda una de las cosas más valiosas de la misión libanesa : el contacto con la población civil . Los niños sí veían más raro a las mujeres militares pero siempre «nos trataban con mucho respeto» .

Algunos alcaldes de localidades libanesas , por sus costumbres y cultura, sí que ponían más barreras o eran más reticentes a la hora de entablar contacto institucional con ellas. La vuelta de Líbano le trae buenos recuerdos. A su regreso coincidió con su marido en las Islas Canarias, pasamos 15 días antes de volver a Córdoba. «Regresamos esperando a un niño», afirma.

3

Elsa Ortiz sale de uno de los carros de combate de la BRIX Valerio Merino

Elsa Ortiz, sargento de Caballería

La sargento Elsa Ortiz Lis tiene 35 años y es de Paterna (Valencia). Soltera y sin hijos, trabajaba en una tienda de ropa hasta que a los 23 años decidió aparcar las perchas y alistarse en el Ejército. Ahora es militar en la unidad de Inteligencia y jefa de pelotón de morteros dentro del transporte oruga acorazado.

Habla con absoluta soltura y dedicación a su trabajo. Se encarga de calcular dónde caerá el mortero que tiene un alcance de más de 7 kilómetros con un proyectil de 120 milímetros de diámetro. «El tiro es indirecto; se hace un cálculo de trigonometría», apostilla.

La sargento Lis aún no se ha embarcado en ninguna misión internacional pero asegura que tras 11 años es ya hora de hacerlo . Mientras piensa que pronto se acercará a seguir su misión por tierras valencianas.

4

Margarita Lendímez, durante la charla de ABC con siete mujeres militares Valerio Merino

Margarita Lendímez, de Zapadores

La soldado Margarita Lendímez , de 36 años, pertenece al Batallón de Zapadores X . Nació en Bailén (Jaén). Es la pequeña de una familia con cinco hermanas. Cada año , durante la celebración de la batalla de Bailén de 1808 , ella se veía como militar .

El desfile de ese aniversario lo disfrutaba como la que más . Le pidió a su padre que le trajera los papeles para ir de voluntaria a hacer el servicio militar . «Pero cuando tuve los documentos firmados mi madre los rompió . Esperé un tiempo y luego vi una captación del brigada Vicente Reina, era mi oportunidad. Siempre me decía yo puedo con esto; y podía» .

Esta soldado nunca hubiera pensado que podría subirse a un tanque, pero ahora lo lleva «a las mil maravillas». Es un tanque de Zapadores y es el que abre paso o pone obstáculos a los enemigos. «Mi carro es la ‘creme de la creme’» , asegura orgullosa.

Tampoco había pensado ninguna vez ir a Líbano y allí se embarcó en 2009 por primera vez y en 2016 la segunda. « Es una lección de vida . Llegas a tu casa y todo te parece maravilloso; aprendes a apreciar las cosas sencillas; no hace falta mucho para vivir». Cada día se levanta de madrugada viene a la base desde Bailén junto con otros militares con los que se turna al volante cada día. A las 7.50 ya están en formación en el patio.

5

Sandra Palma sonríe durante la conversación mantenida con ABC Valerio Merino

Sandra Palma, policía militar

La soldado Sandra Palma (Sevilla, 31 años), forma parte de la Policía Militar de la BRI X . Divorciada, tiene dos hijos de 4 y 1 año. Entró en el Ejército en 2005 , con 18 años. Se encarga de la seguridad en la Base militar . Va armada y pasa horas en el control de acceso de la base, pero también se encarga de la seguridad de los mandos o las visitas institucionales.

Su hijo aún se extraña cuando su madre lo recoge del colegio vestida de uniforme y le pregunta: «¿De qué vas disfrazada hoy, mamá?» . Sin embargo, ve de lo más normal del mundo que su padre, también militar , sea piloto de helicópteros .

«En él lo entiende, en mí aún le sorprende que lleve una pistola », cuenta esta soldado. Está sola en Córdoba con dos hijos . « Hago encaje de bolillos . Cuando dejo al pequeño en la guardería es mi momento; me voy a la taquilla, me cambio, hago ejercicio...». Al llegar, es «un momento de relax después de luchar cada mañana por que se tomen el cola-cao o se vistan para llegar al cole ».

6

Tamara de Paula, subida al carro de combate que dirige Valerio Merino

Tamara de Paula, carros de combate

La soldado Tamara de Paula Latorre Pulgar (33 años, Bedmar, Jaén) c onduce carros de combate en el Batallón I-10 de la BRI X.

Estuvo en Líbano (2009) . La decisión la tomó al ver un cartel del Ejército profesional de una mujer y dos niños.

Siempre quiso subir a un tanque como el Leopard que conduce hoy de 15.000 kilos. A su marido lo conoció subida a un tanque . Al bajar y darle el relevo, él la invitó a cenar. Tienen dos hijos de 7 y 2 años.

Sus comienzos no fueron fáciles . De regentar un pub en Granada pasó a una base en Toledo. Pensó en tirar la toalla pero al ver la decepción de su padre, siguió y hasta hoy, sin parar de correr. Perdió 20 kilos.

7

La soldado González (primera por la izquierda), con otros militares de Cerro Muriano V. M.

Lorenza González, soldado

La soldado Lorenza González (Belmez, 33 años) entró en el Ejército el 7 enero de 2007 en Toledo. De ahí pasó a la antigua Brigada mecanizada, ahora BRI X.

Trabaja dentro del grupo logístico , en labores de almacén. Distribuyen repuestos de coches, tanques, armamentos, da orden de transporte y los envían fuera. La ilusión más grande de Lorenza era acudir a las juras de bandera de la base . Quiso probar suerte también en la Guardia Civil.

Está casada y tiene una niña que está en la guardería, con 20 meses. «La comida es casera, le encanta, y ya no tiene ni pañal con sólo un año y medio». S u familia la animó a ser militar . «Tuve su apoyo desde el pincipio», contesta. Y recuerda la importancia de la logística para un Ejército. «Por aquí pasa todo», asegura. Lo de ir a misión internacional no lo tiene tan claro, sobre todo, dice, con una niña pequeña. Ahora bien, es una cuestión que tampoco descarta.

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