Rafael González - LA CERA QUE ARDE

El mapa

Si miras hacia el Sur, el mapa de la corrupción te lleva a la Fundación Guadalquivir

Sede de la Fundación Guadalquivir ARCHIVO

RAFAEL GONZÁLEZ

Ha dicho la alcaldesa que «el PP nos ha colocado en el mapa de la corrupción ». Y después siguió hablando de la ciudad de la gente en el califato de las piruletas. Isabel es así, tan dulce. Si pretendía ser contundente Ambrosio con esta frase que casi pide mármol, en mi opinión no lo ha conseguido. Sobre todo por las formas, porque siendo como es un excelente titular, dicho por nuestra alcaldesa suena a clase de geografía en vez de a dolida reprobación. Además demuestra nuestra primera edil que confunde el mapa con el territorio, ya que éste es mucho más extenso. Por ejemplo, el mapa de la corrupción si miras al sur te lleva a la Fundación Guadalquivir ; al este hacia Bombay de promoción turística y tires por donde tires, te encuentras con Ramírez cobrando de los ERE . Los mapas, pues, no deben confundirse con el territorio porque además el terreno está minado de sapos para desayunar, liebres que saltan y gallinas que cantan. El territorio es un zoológico de animales políticos -en sentido estricto- con jaulas intercambiables, algunas de ellas en Soto del Real.

Porque, en efecto, nuestros próceres, servidores públicos y guías intelectuales han convertido el territorio en un erial en lo que a decencia se refiere. Todo huele mal o, cuando menos, algo huele a podrido en muchas escalas del mapa español. Nuestra alcaldesa se puso tan afectada al hilo de un asunto de facturas que han sido filtradas por el habitual y garantista sistema español de custodia profesional de investigaciones judiciales. Como todo el mundo sabe o debería saber si se va a dedicar a la política o a tener familia, es que hay que tirarse cuerpo a tierra cuando vienen los tuyos. Y por ahí han salido unas facturillas de campaña electoral del Grupo Popular, o unos correos haciendo mención a las mismas (que no es igual) en los que se hace referencia a ese proceso de facturación por partes y periodos tan habitual en los grupos políticos y la mayoría de empresas. Quiero decir que no arroja nada nuevo que no hagan todos y todas y todes: te pago esta parte con cargo a, pero esta otra a partir de, el caso es que cobres hijo mío y yo descanse. En el buen ánimo pagador de un partido político o una empresa, cuando de dineros formales se trata, no debería meterse nadie. Para pagar mal y nunca ya está la Junta, por ejemplo. Y les aseguro que es peor no cobrar a cobrar por cachos en tiempos diferentes y no distantes. Hemos sabido por esa filtración que al señor Bellido, portavoz municipal del PP, le llaman cariñosamente «Belli» sus amigos y sus cobradores. «Belli» tiene a gala ser buen pagador porque ya lo demostró como responsable de Hacienda en el mandato popular: puso orden en el desmadre financiero que nos dejó el anterior mandato de progreso que le precedió y donde seguro se encontró algo más que correos haciendo mención a pagos de facturas. Seguramente encontraría hasta facturas innombrables que como un caballero calló y trató en el ámbito correspondiente lejos de las filtraciones. Lo malo vuelve a ser el mapa: ese que acaba en propietarios de fincas y promotoras que han dejado el territorio inmobiliario y finaciero en quiebra. Ahí seguramente la alcaldesa lleve razón.

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