ANIVERSARIO

Manuel Benítez «El Cordobés», un Califa del Toreo de 82 años

El torero de Palma del Río ya es el más longevo de los que alcanzaron el título simbólico

Manuel Benítez «El Cordobés», durante una entrevista concedida a ABC VALERIO MERINO

VÍCTOR MOLINO

Inalcanzable. Manuel Benítez «El Cordobés» es el Califa del toreo más longevo de los cinco que hasta el momento brillan en el firmamento taurino cordobés. A sus 82 años, (Palma del Río, 4 mayo de 1936), este heterodoxo del canon ya suma tres más que el segundo de los desdichados en regentar tal mención, Guerrita (1862-1941), que abandonó el terreno de los vivos a los 79. Por detrás de estos, está Machaquito (1880), que falleció en 1955 a los 75 años; a Lagartijo (1841-1900), que lo hizo con 59 años, o al infortunado Manolete , que apenas pudo vivir treinta años (1917-1947).

Manuel Benítez llega a esta edad apartado del ámbito social -siempre le ha costado dejarse ver en actos oficiales- y de su propio rol taurino, que ejerce en ocasiones muy puntuales. Desde hace dos años, está imbuido por su propia intimidad, disfrutando más que nunca de la privacidad . Su residencia actual, y en la que muy probablemente celebre este viernes su cumpleaños, se encuentra a pocos kilómetros de Córdoba, en la finca Villalobillos , donde habitualmente pasa los días acompañado de su actual pareja. Hace apenas un mes, despidió a su última hermana viva, Carmela Benítez Pérez; años atrás hizo lo propio con Angelita, Encarna y Pepe.

Buena salud

El V Califa también cuenta con una nueva criatura en su seno familiar, una nieta , descendiente de su hijo Rafael. Benítez suma dos años más a la década de los ochenta en un entorno apaciguado (y muy bien físicamente ) tras años de habladurías sobre asuntos menos taurinos que no han hecho más que atormentar una biografía donde lo verdaderamente relevante reside en su acción en los ruedos, que no tiene parangón.

El torero, que ya desde joven saboreó el sinsabor de la orfandad, tuvo una infancia y adolescencia carente de felicidad, como él ha reconocido en muchas ocasiones tras adivinar pasajes de miseria . Su contacto con el toro arrancó en la escuela del maletilla , ese lugar inexistente a nivel físico que está construido en la mente de quien persigue un sueño, bien sea por devoción o por necesidad.

Pasó a hambre y se formó casi sin ayuda para ser el líder absoluto del escalafón

Fue en la capital de España donde un 28 de abril de 1957, un astado de la ganadería de Benítez Cubero le encarceló junto a las tablas de manera insistente sin llegar a herirlo. Su suerte le comenzó a acompañar. El 25 de mayo de 1963 recibió la alternativa en Córdoba en una actuación donde cortó dos orejas a un toro de Samuel Flores para iniciar su meteórica carrera a hombros, lugar del que nunca quiso bajarse. Desde su alternativa, acabó como líder absoluto del escalafón en las temporadas de 1965, 1967, 1970 y 1971. Lejos de ortodoxias, Manuel Benítez ha sido fiel a un estilo único (mil veces reproducido en diferentes artes) que nació desde las más pura ignorancia taurina y que acabó por convertirse en una sapiencia megacalificada y reconocible. Su perfil es longevo , su obra, eterna.

Manuel Benítez «El Cordobés», un Califa del Toreo de 82 años

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