Javier Tafur

Manolete vuelve de Linares

No es de recibo que el pasado 28 de agosto no hubiese un festejo taurino en honor al inolvidable diestro de Córdoba

Mi pueblo no es que perdiera las minas y vaya a perder Santana, es que ha perdido la vergüenza . ¿Ustedes se creen que es de recibo que este año no haya habido festejo taurino el 28 de agosto, festividad de San Agustín, en cuyo honor se celebra la feria, y que haya bastado con el mano a mano del día anterior, porque caía en domingo; pese a lo cual Ponce y Curro Díaz no consiguieron nada más que algo menos de media entrada? Y esto sin considerar que ese lunes se cumpliera también el setenta aniversario de la famosa cogida. Tampoco parece haberle importado a Linares que corra el año del centenario de Manolete , ni tan siquiera que coincida en ese tiempo el ciento cincuenta aniversario de su plaza de toros. No obstante, su ayuntamiento ha tenido el cinismo en tan hiriente fecha de inaugurar un «Paseo de los toreros» dedicado a los que en esa tierra vieron la luz, cada uno con su plaquita de cerámica recordando la alternativa y el sitio de la misma. Todo muy coqueto, pero sin toros que hubieran corrido al menos a los allí presentes. Y yo les digo, a los que de ellos queden vivos y mantengan una brizna de pundonor, que debieran ocultar sus partidas de nacimiento y desterrarse, porque no se puede despachar un día así con un «paseíllo».

Yo reconozco que no soy un buen aficionado a los toros . Los prefiero ver en televisión antes que aguantarlos en la plaza. Con esto lo digo todo. Pero soy sensible a las decadencias. Que haya muchos como yo, empero, es lo que está vaciando las plazas. Porque buenos aficionados son los que son, los que han sido siempre, muy suyos, pero insuficientes hasta para la media entrada . A Linares venía gente de toda España, últimamente a aplaudir a José Tomás , más que nada por ver si lograba de verdad emular la tragedia del inolvidable diestro de Córdoba. No pudo ser, gracias a Dios, y la gente se ha cansado. Como se cansa de todo el que no es de verdad militante. Ahora -según cuenta el maestro Burgos- los toreros se visten de esmoquin y presentan la temporada como si fuera un disco de Bisbal. Muy comercial. Pero se olvidan de la pasión y de la reciedumbre, sin las cuales el toreo se transforma en mero espectáculo, caro e incómodo.

Nos quedará, al menos, el recuerdo de lo que fue. Muy meritoria es en este sentido la labor de la Casa de Jaén en Córdoba (de la que formo parte pasiva), que año tras año homenajea a Manolete en la fecha señalada. Esta vez no pudo ser en la plaza del Conde de Priego, porque llovía, pero llenó hasta la bandera la magnífica casa que la parroquia de la Trinidad ha puesto a disposición de la ciudadanía. Yo les sugeriría a estos inquietos peñistas que diseñen para el año próximo un acto con corrida por todo lo alto, aprovechando la rajada de mi pueblo. Sería un poco como si, al cabo, milagrosamente, Manolete hubiera vuelto de Linares.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación