TOROS
Manolete, setenta años de eternidad en Córdoba
El torero fue enterrado el 30 de agosto del año 1947 en el cementerio de la Salud de Córdoba
El «Rey de de los Toreos» nació el 29 de agosto de 1947 a las cinco y tres minutos de la madrugada en Linares. Manuel Rodríguez «Manolete» , natural de Córdoba (4 julio 1917), alcanzó la edad eterna a los treinta años. Como consecuencia de una cornada, recibida de un miura en un coso provinciano, el diestro cordobés abandonó el ruedo de los mortales para auparse a hombros por el camino de los dichosos . El día de su despedida terrena, como citan las crónicas de la época, pronunció una última palabra antes de elevarse hacia la mitología, «David» (peón de confianza del diestro). El destino quiso que su adiós al porvenir adquiriese un sentido bíblico que ya auguraba que él era el «elegido de Dios».
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Hablar de la figura de este torero no es hablar sólo de Tauromaquia . Manolete nació en el seno de una familia peculiar en una época donde la vida obligaba a adquirir destrezas innatas para sobrevivir. Obligado por sus inquietudes, Manolete jugó ya al toro de pequeño en su ciudad natal , otorgando desde el inicio una personalidad taurina al cuerpo frágil de un joven desnutrido que años más tarde alcanzó la gloria por méritos propios y que hizo feliz a la afición taurina.
En esta línea, el también matador Gabriel de la Haba Zurito matiza que «en el toreo hay un antes y un después de Manolete. A Manolete, de alguna manera, le hemos querido imitar todos sin poder conseguirlo». De igual manera, Agustín Castellanos «El Puri» refiere que «Manolete creó un magisterio del que todos los toreros han aprendido. Paró al toro, templó, mandó y ligó. De ahí nació el toreo actual. Para la historia, es un espejo donde todos los toreros se han mirado por su entrega, valor, forma de sentir el toreo…».
Por todo el orbe taurino es conocido que Córdoba siempre ha sido cuna de grandes toreros . Córdoba fue el pasado de la Tauromaquia fundamental y, desde Manolete, también el presente. Una circunstancia ésta que adquiere más notoriedad precisamente este año por la conmemoración de su siglo de existencia. Manolete murió después de 587 festejos . Dos temporadas, la de 1943 y la de 1944, quedó a la cabeza del escalafón. Fue padrino de nueve alternativas , celebración que le causaba un enorme respeto. Y sólo confirmó a Luis Miguel Dominguín , con quién compartió cartel en la trágica tarde de Linares. Desde aquel 29 de agosto, Manolete es eterno, el el Rey de los Toreros.