POLÍTICA MUNICIPAL
Lunes Santo de museos cerrados y la «batalla» que se avecina
Comerciantes y hosteleros destacan las pérdidas mientras sigue el enfrentamiento entre trabajadores y Ayuntamiento

Los museos municipales cerraron el Lunes Santo , cuando la ocupación hotelera supera el 80 por ciento en la capital cordobesa y taxistas, cocheros y comerciantes hacen turnos para cubrir la atención a los que llegan de fuera. El turismo ha tenido que concentrarse en la Mezquita . A uno y otro lado, los puntos turísticos por excelencia como son el Alcázar de los Reyes Cristianos y la plaza del Potro , con la Posada y el museo Julio Romero de Torres están «muertos». Los comerciantes de estos dos núcleos turísticos marcados en cualquier guía de la ciudad culpan al Ayuntamiento de que no haya dispuesto mecanismos como el de gestión privada para el Alcázar los lunes o que haya llegado a un acuerdo con los trabajadores para que abran de forma normalizada.
El panorama en estos enclaves es desolador en plena Semana Santa. Ni rastro de turistas . La puerta entreabierta del Museo de Julio Romero de Torres y el Museo de Bellas Artes no invita a entrar. En frente, dos tiendas de souvenir están abiertas y vacías. El propietario de una de ellas, Francisco José Castro, no entiende por qué cierran los museos en plena Semana Santa. «El daño que se hace al comercio y a la hostelería es tremendo. Además, sólo hay que ver la cara que se le queda al turista que viene a preguntar que cuándo abre y le dices que hoy está cerrado», denuncia este comerciante.
Ya en el establecimiento Sojo Ribera la situación no mejora. Tres mesas ocupadas dentro y la terraza vacía. «Normalmente vienen a desayunar alemanes, italianos, franceses e ingleses ; pero hoy no han venido, están cerrados los museos», reconoce a ABC una de las trabajadoras del local. En una de las mesas dos turistas de San Sebastián que llegaron la noche del Domingo de Ramos a Córdoba están «reinventándose» la mañana ya que al saber que está cerrado el Alcázar y el Potro, han pensado pasear por la ribera hasta la Calahorra y la Mezquita. «Entendemos que los ayuntamientos no puedan contratar a más personal pero es cierto que hay mucho turismo que viene a visitar Córdoba en estas fechas», critican. Con una ocupación que roza el lleno absoluto, los turistas se concentran en la Judería y en las inmediaciones de la Mezquita Catedral.
Al llegar al Alcázar , la puerta está cerrada a cal y canto. Una cola de taxis de la parada de ese mismo punto denota que no hay movimiento. En la cola del taxi, donde lleva ya más de media hora parado está Vicente Castillo. «No es que esté tranquilo sino demasiado tranquilo; y no solo el Lunes Santo con turistas que se van para otro punto sino que el próximo Lunes de Pascua y que es fiesta en muchas comunidades española, aquí volvemos a cerrar todo; como si no viviéramos en gran parte del turismo », reitera enfadado.
Desde la hostelería, Alberto Rosales , portavoz de la patronal Córdoba Apetece , critica el cierre de los museos municipales pero le parece «feo opinar cuando formamos parte de la negociación», explica. La cuestión viene de la mano de un enfrentamiento abierto entre el gobierno municipal y los sindicatos de la institución a cuenta de la dotación de personal de estas dependencias, de los límites a la entrada de empresas privadas -el Ayuntamiento ya ha dejado claro que la solución llegará desde lo público- en la asistencia a los funcionarios o externalización de servicios y en los problemas de negociación colectiva. Para el presidente de la recientemente creada Asociación de Empresarios de Hospedaje de Córdoba ( Aehco ), Manuel Fragero , el cierre de los recintos culturales gestionados por el Ayuntamiento en esas jornadas tan relevantes «repercutirá negativamente en la marca Córdoba ».
Por su parte, los sindicatos de la institución municipal han convocado al equipo de gobierno a una nueva reunión el miércoles, con el objetivo de buscar un acuerdo sobre la apertura de los centros culturales que dependen del Ayuntamiento de Córdoba durante el Viernes Santo . Las posiciones son radicalmente distanciadas. El gobierno municipal entiende que la jornada es laboral dentro del calendario normal, mientas que los sindicatos afirman tener la clave para tumbar el planteamiento municipal.
Los portavoces de los representantes de los trabajadores aseguran tener el acta de una negociación abierta en 2013 sobre esta misma cuestión. En aquel calendario, que no fue aprobado por falta de acuerdo entre las partes, el Viernes Santo tenía la misma consideración que una jornada normal. Eso no significa directamente que los museos tengan que cerrar sino que el Consistorio tiene que pagar un extra a cada empleado que no puede ser obligado, si no quiere, a trabajar esa jornada extra. El equipo de gobierno sabe de sobra que existe un acuerdo entre los trabajadores del servicio de no aceptar este tipo de ingresos extra para forzar una jornada laboral que sea acorde a sus intereses. La última vez que el cogobierno abrió de forma extraordinaria tuvo que hacerlo con operarios de otros servicios ante la falta de voluntarios.