VERSO SUELTO

Visibilidad

Quienes llevaban años intentando dar la puntilla a los toros han encontrado en Córdoba algo de resistencia

Imagen de parte de los tendidos del Coso de los Califas durante la lidia por parte de Diego Ventura ÁNGEL RODRÍGUEZ
Luis Miranda

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Los que hablan sin parar de lo diverso y de lo visible estarán contentos . Tienen razón en que el mundo debe ser inclusivo con todos y lograr que se sientan cómodos los que piensan de una forma y los que dicen lo contrario a los primeros, los que tienen unos hábitos y los que creen que los hábitos de los de enfrente están equivocados. Se llama tolerancia y es una virtud de la que hay que presumir menos y ejercitar más sobre todo cuando no guste.

Estos días en Córdoba se han hecho visibles unos ciudadanos a los que se niega cualquier derecho a la inclusión , si es que eso existe. Han pagado de su bolsillo entradas para asistir a festejos taurinos , han llenado la plaza hasta donde era posible por las medidas sanitarias y han disfrutado de un espectáculo de honda raigambre cultural contra el que lucha de forma activa o pasiva más o menos la mitad de los políticos con representación y unos cuantos ciudadanos que entienden lo visible como un pastel que se reparten entre sí para dejar a los demás a oscuras. Con los que han ido a los toros la falta de respeto es buena y la discriminación para arrinconarlos es una señal de progreso.

Si existe una España vacía a la que los habitantes de las grandes ciudadades miran con asco o condescencia no es en el sentido que piensan quienes escriben con orejeras ideológicas. La España que se sentó en los tendidos del Coso de los Califas es la que ama la naturaleza y la disfruta, la que ha conservado las tradiciones que cosen el espíritu con el que una nación sobrevive a las tempestades y la de quienes conocen de cerca los terrones de los que salen los vegetales con los que se alimentan los que creen que no es ético comer carne.

El Covid ha dejado la Fiesta tiritando y ha cerrado bastantes de sus plazas grandes. Quienes llevaban años intentando dar la puntilla a los toros han encontrado en Córdoba algo de resistencia justo cuando parecía que la tradición de los califas se desangraba. En tiempos en los que la televisión y las series construyen el estereotipo ideal del urbanita sensible que no puede ver que muera un animal, la gente del toro ha dado un paso, se ha dejado ver y todavía tienen que aguantar a quienes quieren obligarlos a que sean invisibles en un mundo excluyente y homogéneo.

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