La Graílla

La Pérgola y el Tetris

El juego de las propiedades de la Administración depende de la habilidad para disponer las piezas para que sumen

El Ayuntamiento de Córdoba inicia los trámites para restaurar la pérgola del Duque de Rivas

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Pérgola de los Jardines del Duque de Rivas en Córdoba Ángel Rodríguez
Luis Miranda

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Tenía cuatro cuadraditos alineados, era roja y en cuanto la veía aparecer, casi siempre con el apuro de ver que las plantas iban ascendiendo hacia el desastre, le daba el botón para que se hiciese vertical y le buscaba un hueco en un lado para que de un golpe me bajase tres o cuatro alturas. Mucho más práctica que la azul cuadrada y desde luego menos traicionera que las que tenían forma de ele o de cruz mutilada y siempre se movían hacia donde no esperaba. Cualquier neurólogo será capaz de interpretar por qué al jugar al Tetris tendía a dejar siempre libre una columna vertical para resolverlo todo de forma dramática con el agobio de que la famosa pieza no cayese. Cualquier psicólogo me dirá que a esa tendencia a la solución desesperada la humanidad debe agradecerle que no estudiase arquitectura.

La Pérgola de los Jardines del Duque de Rivas tiene más o menos la misma forma que aquella ficha, pero desde hace más de veinte años no ha habido alcalde ni concejal que haya sabido encajarla para que sume puntos. No ha sonado la música obstinada y acelerante con que iban subiendo las alturas hasta que el jugador desistía por puro agobio, porque quien no se juega el dinero propio puede tener las propiedades comidas por el polvo y los escombros . De vez en cuando la ficha aparecía por la pantalla como sitio para exposiciones o bar de conciertos, pero al poco volvía al abandono de lo que estorba .

El juego de las propiedades de la Administración tiene algo del Tetris porque depende de la habilidad de quien tiene que girar y disponer , y sobre todo de quien no tiene demasiado personal para atender edificios en los que alguien se dejó un dineral en restauraciones. La vieja caseta del Círculo de la Amistad estuvo infrautilizada hasta que un alcalde pensó que estaría bien medio privado y como mercado ‘gourmet’ ; el convento de Regina pasó por mil hipótesis hasta que se ha decidido que sea un sitio para la cultura al estilo de la exitosa sala Orive , y para la pieza alargada de la Pérgola el Ayuntamiento ha tirado otra vez de lo útil y la preparará como sede de la Delegación Municipal de Turismo . Suma así puntos ennobleciendo los despachos y baja la peligrosa altura de la dejadez y el abandono en un lugar sensible. La de Caballerizas viene hasta con sala expositiva incorporada para no perder un metro.

Todavía quedan fichas complicadas como la Casa Góngora , con exposiciones de poco peso y menos horarios seguramente por falta de personal para atender, y hasta el centro Pepe Espaliú , apenas un cuadradito en una calle por la que los cordobeses no pasan y los que pasan no se dan cuenta de que allí no haya nada que ver. Visto así, igual las Administraciones tienen que renunciar a herencias y donaciones de sitios que sólo les sirven para gastar dinero, pero lo mejor es que sigan a los mandos para lo que sea. Si dejan la pantalla igual hay quien hace lo del Rey Heredia y luego cualquiera le quita de los mandos.

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