La Graílla

Mayo de los sentidos

Antes de llegar el mes, los altavoces ya se le han metido tronando en la cabeza los que viven o trabajan en el Centro

Batalla de las Flores Córdoba 2022 | Una 'guerra' con 80.000 claveles, 14 carrozas y un nuevo recorrido

Ambiente del viernes al mediodía en la Cruz de la plaza de la Compañía Valerio Merino
Luis Miranda

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Si las de mayo son las fiestas de los sentidos es porque a bastantes no les bastarán los cinco de siempre para asumir tanto como les llegará al oído, olfato, gusto, vista y tacto . A los dos últimos a los que menos, porque al fin y al cabo uno siempre elige hacia dónde gira la cabeza y puede meterse las manos en los bolsillos. Lo demás se meterá por los tímpanos, por la pituitaria o por el paladar casi sin preguntar y los dos primeros serán capaces de saltarse la barrera de quien diga que no le gustan las Cruces ni la Feria.

Antes de empezar el mes los altavoces ya se le han metido en la cabeza a los que viven y trabajan en el Centro. Tiene razón quien reclam e el derecho al descanso y al sueño , pero la megafonía tiene sobre todo el carácter invasivo de un taque o de una ocupación forzosa que ni siquiera se resistirá a los goznes de una puerta blindada. El certamen de academias de baile y la tradición municipal de hacer de la plaza de Las Tendillas una especie de tablao obligatorio son como un martillo que tira por tierra todos los esfuerzos de los profesores y el dinero público por conseguir que a la gente le guste el flamenco. Nadie es capaz de calcular cuántos han dejado de ir a la Noche Blanca porque recuerdan los quejíos, los taconeos y los arrebatos del famoso concurso y empiezan a pensar que por muy gratis que sea es mejor pasar la noche con un disco de Enya, que no da golpes en el suelo ni entra en trance.

La gente que todavía aguanta en el Centro debe de sentirse como si le obligaran a leer una novela de espías en la II Guera Mundial, como si el televisor no se pudiese apagar ni bajar de volumen y todo el rato estuviera un programa de esos en que gente que cobra por insultar se dice todo. La música , que es siempre como un diálogo entre un compositor y el que escucha , como si el cantante ofreciera un concierto sólo para el que ha pulsado la tecla, pasa a ser como una rueda de molino que hay que tragarse sin preguntar.

Al margen de aquello que queda en las calles estrechas cuando no hay demasiados excusados disponibles, ya comentado por Rafael Ruiz hace un par de días, en mayo la nariz le cuenta a las neuronas que vive en un mar de aceite, que ya empieza a hacer calor en esas tardes a casi treinta grados en que todo el mundo se aprieta en busca de una cerveza fresca y que ha llegado el tiempo en que hace falta ducharse todos los días.

Al llegar al Arenal, que es como el servicio militar para los pobres en los tiempos en que se podía pagar por evitarlo, la cabeza sólo es capaz de decir con coherencia que «ay que te como, te como, que ay que te voy a comer» y olvidó la fragancia de las flores y de lo limpio. Por el gusto se llegará a un mundo de salmorejos con albero obligado y vinos que se venderán como de la tierra, pero que echarán a muchos a la inversión segura de la cerveza aunque en las de la Feria vengan sin gas, espuma ni frescor. Y lo mejor es que todavía hay quien tiene ganas de llegue todo esto.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación