Verso suelto

Hemorragia

Ahora son menos niños en Infantil; en el futuro serán muy pocos en las Universidades y después apenas familias que trabajen

El Paseo de la Ribera, desierto durante una noche de toque de queda en Córdoba Valerio Merino
Luis Miranda

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La semana pasada regresé al invierno por un par de días. Las terrazas estaban llenas de risas en las tardes largas y la ropa de abrigo se había ido al fondo de los armarios, pero mientras hablaba con unos y con otros y tenía presentes las cifras que comentaba con todo el mundo, las calles se me aparecían en la cabeza distópicas y hostiles como aquellas grises y vacías que conocí en los días del confinamiento. Aquellos fueron realidad y pasaron; los que me imaginaba hace poco terminarán llegando y la solución será mucho más difícil que los plazos de la desescalada. El 34 por ciento de las plazas de educación infantil de tres años , las de los niños de tres años que van por primera vez al colegio, se quedó sin cubrir en Córdoba. En el futuro serán menos adolescentes en los institutos, muy pocos en las Universidades y después apenas familias que trabajen, tengan hijos y llenen las casas de ciudades que se irán vaciando.

De pronto Córdoba , y con ella esta España en que alguien hizo cundir la idea de que la maternidad ata y por lo tanto no hay que ayudar a las familias que quieran hacerla compatible con el trabajo, se me convirtió en algo tan provisional como un piso alquilado en la playa o un plato que se deja a medias en un restaurante. No habrá que preocuparse más de cinco minutos por nada: si alguna Administración reacciona se encontrará con que no hay jóvenes trabajando para sufragar ninguna política que detenga una hemorragia tan segura como la de Séneca en la bañera.

Los que queden mirarán el desastre se contarán a sí mismos lo que vean. Tal vez los barrios viejos vuelvan a poblarse ante la evidencia de que no habrá tampoco turistas para llenar los apartamentos y quizá los que se construyen cada vez más lejos acaben siendo para los jabalíes que vuelvan a recuperar viejos dominios cuando la caza esté prohibida. Puede que haya pisos que se vendan unidos porque no haya clientes en absoluto y puede que haya bloques enteros que sean como residencias de ancianos. Las iglesias se reciclarán como almacenes, nadie querrá escribir porque apenas habrá quien lea y la ciudad será como un árbol cada vez con menos hojas , que un día caerá con estrépito aunque no haya ni pájaros para escuchar el ruido.

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