Verso suelto

Donde te ves

Es mejor ser pobre y dejar en el mundo la ausencia en una casa que legar almonedas que no interesarán ni a los herederos ni a quienes pasen por las aceras

Imagen de archivo de recuerdos en una almoneda ABC
Luis Miranda

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Los escaparates más tristes son los de esas tiendas que recogen aquello que sobra en las casas porque se han quedado pequeñas o porque quienes las habitaban y guardaron aquellos objetos ya no están. Si los artículos que se venden prometen un futuro, los que están detrás del cristal de esos lugares, muchas veces en manos de asociaciones que se los llevaron de casas que iban a cambiar de dueño, relatan un final demorado, la agonía de tener que exhibirse cuando ya terminó su vida útil al salir del lugar en que habían pasado muchos años.

En esos escaparates he visto colecciones de relojes de bolsillo que serían de cuando nadie tenía móvil y recuerdos de viajes, juegos que entrentendrían muchas tardes y libros que duermen olvidados porque ya se apagó el corazón que un día recibió sus letras. Son más crueles que los hospitales y más tristes que los cementerios , porque aquí no está el horizonte de la recupración o del camino resignado al final inevitable ni tampoco la paz de la memoria, sino el golpe de un olvido sobrevenido y la sensación de que las cosas que esperan en esas estanterías han pasado a ser un estorbo porque ya no están quienes las tuvieron en sus vidas.

También el alma de sus dueños sobrevuela en los ojos de los pocos que se detienen a ver lo que hay en esos escaparates , y también parece denunciar que aquello que les acompañó en la intimidad querida de sus casas ahora es un objeto sin sentido y anticuado. Quizá hubiera sido mejor lo que pasó en el entierro del Chanquete , cuando alguien pidió que detuvieran las paladas para sepultar el acordeón junto al ataúd . La muerte no podía separar al instrumento y a las manos que de él sacaban la música con que Carmelo Bernaola contó el sol, el mar y la buganvilla de la infancia.

Es mejor ser pobre y dejar en el mundo la ausencia en una casa que legar almonedas que no interesarán ni a los herederos ni a quienes pasen por las aceras, con discos de cantantes olvidados y libros como los que otros tampoco leyeron en sus casas . Fueron a tiendas de cosas usadas en barrios venidos a menos porque son un ‘memento mori’, la certeza que tiene quien mire de que lo que ahora compra y ve pasar su vida estará algún día en un lugar así. Donde te ves, yo me vi.

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