Verso suelto
Córdoba CF, lo que termina mal
Ahora llega un desierto que a lo peor ni termina con uno o dos ascensos
![Aficionados cordobesistas, en las gradas de El Arcángel el pasado domingo](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2021/05/11/s/valerio-cordoba-noticia-kgDF--1248x698@abc.jpg)
ME lo contó un cordobesista de los de verdad, que algunos quedaban. El 2 de mayo de 2015 no dolió tanto el humillante atracón de goles (0-8) del Barça en El Arcángel , ni mucho menos la consumación del descenso que era cuestión de días tras un desplome total en la única temporada en Primera en más de cuarenta años. Lo peor fue encontrarse por los vomitorios y en los asientos a tantos culés que seseaban y hablaban de pegos, a tantas familias con banderas azulgranas que llegaban de Montilla o de Pozoblanco y que no sabrían encontrar la Diagonal , a tantos que gritaron los goles de Neymar y Piqué y que no eran capaces de saber quién era F lorin Andone .
Se marchaban los aficionados del club de su ciudad con el fastidio de que aquel sueño de la liga de verdad hubiera sido como un abrir y cerrar de ojos y se encontraban con gente autosatisfecha de pegarse a los michelines esas camisetas que ahora llevan lo mismo camareros de Singapur que el primo de Dora la Exploradora en la película.
Quizá el Córdoba CF sea como aquella España de Jaime Gil de Biedma, y tenga la más triste de todas las historias de la historia porque termina mal, aunque en los últimos años no faltaran los días felices de Cartagena, Huesca y Las Palmas . En aquella época dorada de los 60 pudo haber cimentado el prestigio y la solera que ahora tienen el Valladolid y el Sporting , el Racing y hasta el Zaragoza , pero llegó una era de descensos y de directivas incompetentes que apartó de lo blanquiverde a la numerosa generación del ‘Baby boom’ y los echó en brazos del Madrí o el Bas-selona.
Ahora llega un desierto que a lo peor ni termina con uno o dos ascensos, porque el viejo fútbol que se aprendía al sol y la lluvia de las gradas hace tiempo que murió a manos de un espectáculo televisivo que convirtió a unos cuantos clubes en rodillos plutócratas y a sus ligas en exhibiciones monótonas y previsibles. Córdoba y el carácter indolente de tantos de los suyos quizá se anticiparon a estos años futuros en que todo el fútbol que no esté en la Superliga o en los torneos en Arabia o China será poco más que una pachanga para aficionados que no hará llorar a nadie.