CORONAVIRUS CÓRDOBA

Luis Martínez: «Estamos preparados para rastrear el virus»

El jefe de Microbiología del hospital Reina Sofía cree que el Covid-19 va a poner a prueba la capacidad de localizar brotes para cortar su expansión

Luis Martínez, en las instalaciones del Hospital Reina Sofía de Córdoba RAFAEL CARMONA

Aris Moreno

El día en que leyó en el periódico que se acumulaban los contagios en Italia , percibió que cruzábamos un punto de inflexión. «Ahí cambió todo. Fui consciente de que el mundo entraba en una dimensión completamente diferente». Y tanto. Quien así habla no es un ciudadano común. Es el jefe de Microbiología del hospital Reina Sofía y uno de los expertos del comité asesor de la Junta de Andalucía en el seguimiento de la pandemia que ha convulsionado al mundo. O sea. Palabras mayores.

Un virus que en solo dos meses es capaz de expandirse por 185 países, paralizar la vida de medio planeta y matar a casi 300.000 personas no debe ser un virus cualquiera.

No es un virus cualquiera. Es un virus que tiene una gran facilidad de expansión y una alta capacidad de producir infecciones graves. El tipo de patologías que ocasiona no son las de un simple catarro. Y tiene un armamento genético que ocasiona una catástrofe terrible.

Según recientes investigaciones, su genoma está compuesto por 30.000 letras con las instrucciones para penetrar en una célula, secuestrar su maquinaria y hacer miles de copias de sí mismo. ¿Todo normal?

Los virus funcionan de una manera similar. Este tiene genes para reconocer un receptor, luego se produce la entrada del ácido nucleico dentro de la célula y secuestra su metabolismo para generar las centenas de miles de copias.

¿Para qué necesita un virus propagarse a lo ancho y largo del planeta?

No sé si existe un concepto teleológico. Un virus es un ácido nucleico recubierto de proteínas que tiene la capacidad de automultiplicarse. No busca multiplicarse para hacernos daño. Nosotros solo somos el elemento que necesita para multiplicarse.

¿Por qué Europa y no África? ¿O por qué La Rioja y no Andalucía?

Esa respuesta no la tenemos del todo clara. Los hábitos sociales seguro que tienen algún impacto y la circunstancia de que haya habido en estos focos un pequeño número de casos que no se han controlado desde el principio. Como la expansión puede ocurrir cuando no se manifiestan síntomas, el proceso se puede mantener de forma larvada y debuta de manera explosiva. Puede haber otra razón: que las variaciones climáticas hayan tenido impacto. Y otra más: si los casos aparecen en grandes conglomeraciones, como Madrid o Barcelona, en Andalucía hemos tenido una pequeña ventaja de tiempo adicional para tomar medidas.

En efecto, un estudio afirma que el clima es un factor a tener en cuenta. ¿El calor nos puede salvar?

Ojalá sea así. De hecho, el SARS apareció una serie de meses y luego desapareció. No sabemos qué va a pasar. La mayoría de los expertos consideran que el virus ha venido para quedarse. Es posible que queden reservorios no identificados que permitan que el virus continúe su latencia oculta.

¿Su capacidad de contagio tiene precedentes?

Sí. Hay virus mucho más contagiosos. El virus del sarampión, por ejemplo. Una de las principales epidemias de la humanidad ha sido la viruela y se transmitía con mucha facilidad. La solución última y cuasi definitiva radica en la generación de vacunas efectivas. Mientras tanto, es imprescindible encontrar antivíricos que ayuden a mejorar la situación clínica de los pacientes.

¿Tomar hoy una cerveza en una terraza es una práctica de riesgo?

Si la toma uno solo, creo que no. Si la toma un grupo de gente, entre las cuales haya alguna persona en fase asintomática, sí podría ser una práctica de riesgo si no se mantiene la distancia recomendable de 1,5 o 2 metros.

¿Los asintomáticos transmisores han sido el agente invisible de esta invasión?

Es difícil asegurarlo. Los asintomáticos han tenido, sin duda, un papel. Pero no es bien conocido ahora mismo. Quienes desarrollan la enfermedad tienen una fase previa en que la cantidad de virus en el aparato respiratorio es muy alta. Pero nos queda por saber muchas cosas: si se produce en todos los asintomáticos, durante cuánto tiempo o si la carga de virus es diferente en todos ellos.

¿El mundo se divide hoy entre inmunes y vulnerables a la Covid?

No. Esa distinción no se puede hacer. La categorización social del individuo es una práctica peligrosa. Conduciría a situaciones peores que el propio Covid.

Usted también rechaza el pasaporte inmunológico

Sí. Uno puede saber si ha pasado o no la enfermedad pero eso no debe tener consecuencias sociales. No es razonable.

¿Qué organismos generan anticuerpos y por qué?

En la generación de anticuerpos existen componentes individuales que tampoco conocemos exactamente. Hay un ejemplo sencillo: en la vacunación de la gripe, no todas las personas desarrollan el mismo grado de inmunidad.

¿La inmunidad de grupo es la meta?

Si se alcanzara un nivel del 60%, esas personas no solo estarían protegidas ellas sino que no podrían actuar como transmisores y el número de individuos que potencialmente podría infectarse sería muy bajo. La inmunidad de rebaño es un concepto clave que ha demostrado ser eficiente.

¿Es factible hoy?

Por lo que sabemos, estamos lejos. Se está realizando un estudio de prevalencia y el resultado ayudará mucho a entender si la población ha quedado inmunizada [Al día siguiente de la entrevista se publicaron las conclusiones preliminares del informe, que indicaban que solo el 5% de los españoles había sido infectado].

En Corea del Sur, un joven contagió en una zona de bares a casi 100 personas. El Gobierno ha hecho 22.000 pruebas para identificar la cadena de transmisión. ¿Esa es la estrategia?

Estoy convencido de que es la estrategia más adecuada para evitar la expansión cuando se descubre un brote. Hay que hacer cuantos más test mejor dirigiéndolos a situaciones concretas. Hacerlos de forma generalizada sin objetivo claro puede ser exagerado.

O sea, los test masivos son el arma adecuada pero depende.

Son el arma adecuada para poner freno a una situación que preveamos que puede ocasionar una posibilidad de expansión. Un test masivo sin más hay que pensárselo.

¿En Andalucía estamos preparados para un rastreo de precisión?

Sí. Hay varias decenas de laboratorios que tienen capacidad suficiente para atender la demanda. Los problemas del pasado con algunos componentes se han ido solventando. Desde hace semanas, no tenemos ninguna dificultad para hacer las PCR que se nos están solicitando. Incluso muchas más. Se trata de que esa capacidad que tenemos se utilice de manera razonable y se dirija a resolver preguntas concretas. No se trata de hacer test por hacerlos.

¿Qué nos queda por saber del coronavirus?

Muchísimo. No sabemos su variabilidad. Ni cuánto puede persistir en los próximos meses. Ni cuáles son los mecanismos por los que se produce un empeoramiento brusco del paciente. No sabemos cuál es el tratamiento más adecuado. Ni cuál es la vacuna. Tampoco cuál es la respuesta inmunológica del individuo. Hay miles de cuestiones.

Hay quien sostiene que España e Italia lideran los contagios por su comportamiento colectivo propenso al contacto. ¿Le cuadra la hipótesis?

Tiene visos de que pueda ser cierta. El comportamiento social de holandeses y suecos, por ejemplo, es diferente.

¿Y si el virus se esfuma de nuestras vidas este otoño?

Sería muy buena noticia. Pero es imposible saber qué va a pasar. No existe un argumento sólido sobre el que asentar que el virus vaya a desaparecer o no.

Pero lo doblegaremos

No tengo ninguna duda. Eso sí: no sé cuánto tiempo ni cuantas vidas va a costar.

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