ASÍ FUE CÓRDOBA 2020
Luis Couñago, camarero en ERTE: «Desde los 16 años nunca había estado parado»
La empresa para la que trabaja Grupo Cabezas priorizó la salida del Erte para los más necesitados
El especial «Así fue Córdoba 2020», a golpe de clic
A sus 34 años a Luis nunca le había faltado trabajo en la hostelería desde que acabó la Secundaria con 16 años hasta este 2020. Este cordobés, casado, con un hijo de 4 años , sabe lo que es trabajar detrás de una barra porque sus padres regentaban un bar. Ahí aprendió la profesión, a tratar al cliente y a servir con una sonrisa y educación. Sin embargo, la declaración del Estado de Alarma le llegó el 14 de marzo pasado con un contrato indefinido y escalando puestos de mayor responsabilidad en el grupo hostelero Cabezas. De un día a otro, esto cambió. Cerrojazo en el grupo de Casa Pepe de la Judería y al Erte. Su vida pasó a ser su hijo pequeño, la cocina en casa y aprender a poner la colada. Su mujer, auxiliar de enfermería, en primera línea Covid, con todo lo que eso conlleva en casa podía seguir trabajando, al menos había para ir tirando. Luis siempre se ha dedicado a la hostelería, no era algo provisional mientras encontraba otra cosa.
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Después de pasar por varios establecimientos del Grupo Cabezas, e intentar montar su propio negocio de hostelería durante 4 años, decidió regresar como camarero a la Taberna 10 , de estos hosteleros donde tenía perspectiva de lograr un puesto de mayor responsabilidad, contento con su trabajo.La noticia les llegó una mañana al entrar a trabajar como cada día a la taberna. Aunque Luis recuerda que ya llevaban un par de semanas «asustadillos» por las noticias que se oían. Todo el equipo del restaurante está muy unido e iban hablando de lo que podría ocurrir porque a principios del mes de marzo ya se escuchaba algo. «Estuvimos en una excursión en una empresa de jamones, y allí su gerente acertó en todo. Recuerdo perfectamente las palabras de Cayetano Romero que predijo todo lo que iba a pasar», cuenta Luis.
«Los propietarios ayudaban a los trabajadores que quedaron parados y peor lo estaban pasando durante la pandemia»
De hecho, este camarero de Taberna 10 asegura que antes habían hablado de que la Feria de Abril, y la Semana Santa prometían mucho a nivel de hostelería, y que muchos compañeros iban a pasar a ser indefinidos. Pero todo se paró ese día de marzo. Couñago admite que si para los trabajadores fue duro, -más aún para los compañeros cuyo sueldo era el único que entraba en casa-, para la propiedad entendíamos que había sido más duro aún. Explica que tenían un chat entre la empresa y los trabajadores, y sabía que la empresa contactaba con aquellos trabajadores que pudieran estar más necesitados y les ofrecía ayuda. Cada restauraste del Grupo Cabezas tiene un sistema de comunicación interna desde la propiedad, hasta en el «office», y ahí todos hablamos de la situación en cada casa.
«Los propietarios han hecho aportaciones a esas familias que de la noche a la mañana se vieron sin nada, hasta esperar que arreglaran papeles y les comenzaran a pagar desde la Administración», confiesa. En mayo, ya salieron algunas familias de la regulación con la nueva empresa de comida a domicilio que habían puesto en marcha. Empezaron el chef ejecutivo y un maître con moto a repartir comida, y así arrancó «Pepe en tu Casa» , que es como Pepe el de la Judería pero a domicilio en medio de toda la pandemia. El primero de estos puntos se abrió en avenida de Guerrita. Con ese proyecto pudieron salir del ERTE ocho compañeros para arrancar y además se inició el segundo punto de venta a domicilio en la zona de María la Judía. y volvieron a salir otros 8 ó 10 compañeros más.
Luis no era de los que salió en ese momento del ERTE. No fue hasta que en junio-julio la situación pareció mejorar y sacaron a todos del expediente temporal y se abrieron los tres establecimientos del grupo Cabezas. Entonces se abrieron los tres restaurantes pero sólo los fines de semana. Volvió un propietario a cada restaurante , y poco a poco fueron volviendo a trabajar unos 25 compañeros más, del total de casi 80 trabajadores que había en el mes de marzo. La prioridad para la propiedad era sacar del ERTE a los que lo estaban pasando peor. En cualquier caso, esos meses no han sido fáciles. Había que afrontar retrasos en el pago, la falta de propinas, o que se frena la promoción. Couñago admite que ha sido un año duro, se pasa regular. Sin embargo, da gracias a Dios, porque su mujer trabaja y hay para la hipoteca. Estos meses los ha dedicado a su hijo; a preparar la casa, la cocina, las lavadoras. Lo que más ha aprovechado, admite, son los fines de semana con su hijo de 4 años .