Rafael Ruiz - Crónicas de Pegoland
Luces de Navidad
No hay derecho que acabemos siempre con las cuatro lucecitas chungas que nos ponen
La balanza fiscal del barrio de la Viñuela muestra a las claras que el Centro les roba. Si se suma todo lo aportado por sus vecinos, comerciantes y empresarios, no da para los dos arquitos de luz que el Ayuntamiento de Córdoba ha pagado para alumbrar estas fechas de amor, paz y solidaridad. La municipalidad, en otro ejemplo de solidaridad interterritorial, ha tenido el gesto de irse a inaugurar las luces de Navidad a Costasol (o Costa Sol o Costa del Sol, allá criterios) porque Ciudad Jardín también existe. La cosa es que a la inauguración le faltó brillo, según parece, porque el parcelista enfurecido hizo de las suyas (Rafael Salazar es el «Lagarder» de La Gorgoja) y porque la inversión en watios de Camino de los Sastres no se corresponde con las expectativas generadas.
Valdeolleros reclama el estatus de núcleo libre asociado y no entiende las razones por las que les han colocado tan poca alegría en sus principales arterias teniendo en cuenta la adscripción de la alcaldesa a su agrupación de barrio. Isa, madre, barre para casa. En el Sector Sur ya aseguran que se les cae la boca de pedir porque parece que la Navidad nunca llega a sus calles. El centralismo los tiene olvidados de forma que el Campo de la Verdad es, de alguna manera, una nación, que diría Teresa Rodríguez. Qué más prueba del desequilibrio interterritorial que el reparto desigual de corazones y ciervos iluminados. Al Brillante solamente llega la Navidad en el McDonald’s. Pese a los esfuerzos de sus representantes ha quedado acreditado que son ricos y que se fastidien. Llegará el día, llegará, en que se cree una Liga Norte para reclamar los derechos fundamentales de Sansueña, del Patriarca. Tanto pagar para que otros disfruten. Un estatuto propio garatizaría unas luces navideñas como corresponde a su carga tributaria. Noreña aún no ha adquirido conciencia de pueblo porque sale poco de bares y de Olivos Borrachos nadie se acuerda.
En el Centro, la ausencia de luz en varias zonas se ve una auténtica afrenta. Debe ser porque es barrio pepero y la izquierda vuelve donde siempre pudo: a beneficiar a los graneros, tipo la Fuensanta, que la tienen de dulce. Gran Capitán también existe, carajo,que parece que los de más allá de El Corte Inglés no se merecen tener ese detalle municipal con lo que pagan de IBI. Cruz Conde tiene un pase y lo de Gondomar es la tradicional cesión al imperio Inditex. Que aquí la izquierda mucho blablablá pero poco tralarí. Y las Tendillas, excepción hecha del mercado de panes, morcillas y olor a gofre, pasaría por la misma plaza del verano.
La calle Larios. Esa sí que mola. Ahí Paco de la Torre se vuelve a lucir. Facilitando el comercio de un espectáculo de luces navideñas como Dios manda. Eso es trabajar por las tiendas, por los bares, que va un montón de gente solo para hacerse selfis bajo el arco de luz. Los de Málaga, esos sí que se los montan bien. Y no como nosotros, que nos callamos mientras ellos y los sevillanos se reparten la pasta y lo de salir en el Canal Sur. Eso pasa, que no sabemos vendernos. Y no hay derecho que acabemos siempre con las cuatro lucecitas chungas que nos ponen. No hay derecho. Hombre ya.