Lotería de Navidad

Los loteros de Córdoba, sobre la campaña del sorteo de Navidad: «La gente gasta menos; la situación es mala»

Tres responsables de administraciones narran cómo afrontan dicha campaña, marcada por la caída de las ventas por el Covid

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Francisco Javier Romero, en su administración de Loterías en Córdoba Rafael Carmona

L. Miranda / M. Baena

Dice la tradicion que la Lotería de Navidad gusta de premiar precisamente a las zonas que durante el año han recibido un castigo especial. Una inundación, una catástrofe natural, un accidente. Como si el azar o alguna mano quisiera compensar. En este 2020 el daño del coronavirus en la salud y en la economía se ha repartido de forma casi equitativa, así que todo el mundo espera a las bolas del sorteo del próximo martes 22 de diciembre para remediar algo.

Y lo cierto es que también los loteros de Córdoba han notado cómo ha cambiado la situación, porque no ha sido su mejor año. Ni en los sorteos ordinarios, ni el extraordinario de Navidad que todos los años se espera.

Francisco Javier Romero atiende desde la Administración número 27, en El Corte Inglés. «Este año ha ido regular, creo que ha bajado entre un veinte y un treinta por ciento », dice. Y era lo esperable con la situación, porque la lotería, y más la Lotería de Navidad, se nutre en una parte significativa de gente que llega a visitar la ciudad, «y sin poder hacer turismo y con los museos y monumentos cerrados no venían a Córdoba».

Como fondo también está el deterioro de la situación económica general debido al confinamiento y a sus efectos, así que la gente ha gastado mucho menos. «La situación ha sido mala para todos , para las empresas y para la gente, y la gente ha gastado menos», relata, aunque en los últimos meses sí que se ha dado un aumento del público , conforme se acercaba la fecha esperada del 22 de diciembre.

No faltan motivos para acudir a la administración número 27, que en los últimos años ha repartido un tercer premio y un segundo , con lo que parece tener eficacia en el sorteo extraordinario de Navidad.

Pilar Román, en la administración de loterías número 26 de Córdoba Rafael Carmona

En Ciudad Jardín está la administración número 16, justo en la esquinas entre la calle Alcalde Velasco Navarro y la avenida del Aeropuerto. Tampoco pueden hablar de que sea un buen año. «Aquí vienen muchos funcionarios de l edificio de los Ministerios , que está enfrente, pero con el confinamiento se cerró y ahora están muchos de ellos teletrabajando, así que no vienen», cuenta Pilar Román , que atiende a las personas que llegan hasta allí. Este año, dice, está «flojito», y la gente no tiene demasiado dinero para gastar, y tampoco para probar fortuna con la lotería.

La Navidad no ha sido una excepción en un panorama que no es demasiado alentador. Siempre llegan más clientes, pero en este año el deterioro de la economía no invita al optimismo. Allí muchos clientes prefieren las terminaciones en número trece , del que ya quedan muy pocos, pero también el veinte, como este año que ha traído una pandemia global.

Algunos se hacen imprimir el número exacto que quieren, pero las personas mayores «no se fían de ese sistema y todavía prefieren el décimo tradicional ». No recuerda ningún premio del sorteo del Gordo, aunque sí de otros a lo largo del año, así que esta vez sería el primero.

«Un lotero siente una satisfacción muy grande cuando entrega un premio y la gente te lo agradece mucho cada vez que te ven. Te aprecian y confían en ti», cuenta Miguel Molina, lotero de Luque. Explica que es una experiencia muy bonita de vivir y más en un municipio de apenas 3.300 habitantes como Luque, donde se conocen todos. «El último premio que he entregado fue de una primitiva del 5 de diciembre, premiada con 37.423 euros».

Miguel Molina, lotero de Luque ABC

Cuenta que le tocó a un hombre al que siempre le echa él mismo la primitiva todas las semanas y, por eso, fue el propio Miguel el que le informó personalmente de que había ganado casi 40.000 euros . «Fui yo a su casa a avisarle, él ni sabía que le había tocado y le di una alegría inmensa, ni se lo podía creer». Pero esta no es, ni mucho menos la primera vez que reparte suerte, pues a un extranjero que trabajaba en la aceituna le vendió una bonoloto, que él rellenó, y le tocaron 3,5 millones de euros.

Se enorgullece de haber repartido premios en su localidad y también para gente que ha venido de otros pueblos y ciudades. “Una vez vinieron unos canarios a Luque de excursión y se llevaron de aquí décimos que llevaban el segundo premio de la Lotería de Navidad”. Por esa noticia, ha sido más de una vez portada en ABC, ya que en 2014 entregó dos segundos premios en la de Navidad y en la del Niño y en el 2015 de nuevo un segundo en la lotería de Navidad.

A pesar de su optimismo, reconoce que este año de pandemia ha sido muy duro y que las ventas de décimos se han visto reducidas a la mitad, en comparación a otros años. «Este 2020 ha pegado un bajón muy grande y se ha vendido mucho menos que de costumbre en estas fechas», a lo que hay que sumar el parón de dos meses que tuvo que estar cerrado durante la pandemia y sin efectuar venta alguna .

Pero confía en que la suerte cambie de cara al próximo año y desea que toque algo en su municipio para despedir con más alegría este difícil año. Él, por si acaso, tiene una costumbre que cumple siempre «vender de todos los números que me llegan al menos diez décimos », ya que reconoce que “sería mala sombra que tuviéramos el gordo y lo devolviéramos”, así que si uno de sus décimos lo lleva, ya sabemos que habrá premiados en Luque.

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