Música

«Living la vida loca» con Ricky Martin en Córdoba

El puertorriqueño ofreció un show histórico, ante 15.000 personas, para despedir su gira española

Ricky Martin, ayer en el concierto que dio en El Arenal Rafael Carmona

Irene Contreras

Ricky Martin , rey de las canciones del verano, actuó anoche en Córdoba , rodeado de un espectacular montaje como pocas veces se había visto antes en la ciudad, y, de entre todos sus éxitos, fue «María» la canción que abrió su repertorio . Desde el inicio el artista puertorriqueño se ganó a los cordobeses, lanzando un guiño: «Mi alma se queda en esta tierra».

Los temas que en los últimos años han sido los más escuchados en las disco-casetas efímeras de El Arenal durante las dos últimas semanas de mayo se sintieron como en casa en aquel escenario, también efímero, erigido en la zona cero de la Feria. Los congregados, alrededor de 15.000 personas , vibraron, chillaron y bailaron desde el primer hasta el último minuto de un concierto que se extendió hasta cerca de las dos horas .

El puertorriqueño estuvo acompañado de un nutrido cuerpo de baile y aderezó sus números con juegos de iluminación que dieron a aquel falso teatro el aspecto de discoteca que requería la ocasión. En el público se cruzaron los jóvenes de hoy, que perrean con «La Mordidita» y su «Vente pa’ acá» , con los que eran jóvenes cuando Ricky Martin cantó «La copa de la vida» en Francia para la final del Mundial del 98 .

El protagonista de aquella fiesta, sabedor de la heterogeneidad de su público, se esforzó en contentar a todos con el «set list». Supo entrelazar éxitos noventeros como «La bomba» o «Living la vida loca» con sus últimos triunfos discotequeros, como el más reciente, «Fiebre» . Canciones separadas entre sí por más de 20 años de evolución y cambios de escena en la música disco que sonaron anoche como parte de una misma cosa. Como si el tiempo no pasara por el artista ni por su creación, como si los mayores volvieran a tener 18 y los de 18 lo hubieran vivido todo y lo recordaran con nitidez. Un fenómeno que debe de formar parte del mismo pacto con el diablo por el cual Ricky Martin, a sus 46 años, parece más joven que en los dolorosos 2000, cuando lucía melenita con mechas para cantar «She bangs».

Ricky Martin, con un indudable talento para explotar la sensualidad latina del tópico, también dejó un hueco para su versión más tierna. Entonó «Tu recuerdo» y «Disparo al corazón» en un vano intento por tocar la fibra sensible a los allí presentes, que en realidad habían ido al Arenal a bailar, y no precisamente un lento. Y, como no podía ser de otra manera, fue esa la forma en que se marchó en el que fue su último concierto en España: entre bailes, luces y golpes de cadera. Como si el 1995 no acabara nunca.

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