EL ESTILITA
Lista de honores
La ley de la memoria de Zapatero tiene la desmelenada pretensión de que la Guerra Civil no se cierre
LA Ley de Memoria Histórica es la peor obra de Zapatero y la más grave omisión de Rajoy . Pecado nefando que a ninguno debiera perdonarse. De hecho, no creo que sus partidos lo hagan. Pero aquí la tenemos, con la desmelenada pretensión de que la guerra civil no se cierre en España por los siglos de los siglos. La historia, en realidad, le importa a todo el mundo una higa, salvo acaso a los opositores a una plaza de profesor de la misma. A los demás lo que les gusta es la novela histórica , que está tan de moda, para que se la cuenten con fantasía añadida. En cuanto a la memoria, ya sabemos que siempre es subjetiva. Sospechosos mimbres, pues, para basar una ley. Al cabo se trata de encomiar a los que perdieron una guerra a costa sencillamente de repudiar a los que la ganaron .
Lo cual no solo representa una majadería histórica , sino también una injusticia moral . Los que ganan las guerras no tienen porqué ser los buenos ni los malos, pero sin duda son los mejores . Por eso las ganan. Si el bando republicano, por no llamarlo rojo , tuviera de verdad interés por su memoria histórica , lo primero que tendría que hacerse mirar es la causa por la que su resultado bélico fue tan desastroso. Teniendo en cuenta que el pronunciamiento del otro bando no triunfa inicialmente en casi ninguna de las poblaciones importantes, en casi ninguna de la unidades militares orgánicas y en ninguna de las zonas industriales principales. Con el agravante funesto de que pierde a su jefe a los dos días de producirse la sublevación.
No comprendo , por tanto, el complejo de la derecha actual . Ya está bien de avergonzarnos de la militancia de nuestros padres y abuelos , que fue fruto, a veces heroico, de su circunstancia. Fueron ellos quienes, a la postre, nos proporcionaron las condiciones que hicieron posible la Transición . Fueron ellos, y no la izquierda, quienes ganaron también la paz y la prosperidad.
Consideremos , pues, a los nombrados por el dictamen de la checa municipal , como integrantes de una lista de honores , porque todos fueron personas honradas y ciudadanos ilustres . Algunos son muy conocidos, otros no tanto. A uno en concreto quiero referirme hoy. Fernando Fernández Martínez , que entre sus muchas dignidades fue caballero de la Real Hermandad de San Fernando . Lo cual, en Córdoba, puede que quiera decir poco. Pero debiéramos pensar que g racias a San Fernando estamos donde estamos y Ambrosio no tiene que taparse la cara con un velo cuando se reúne con Pedro García. Sevillano de origen y platero de profesión, fue igualmente Jefe Provincial del Movimiento en Granada y en Córdoba , y durante doce años alcalde de Dos Hermanas . No tuvo que hacerlo mal. No obstante, el jubilado Barragán dice que «es inaudito que el jefe de la Falange , tenga todavía una calle en Córdoba ». Pero n o se le eriza su bigotito fascista porque la ostente Pasionaria . Cada cual ve la historia según le va en ella. Sobre todo los supuestos historiadores que pierden la objetividad, y tal vez la memoria, para convertirse en doctrinarios.