INVESTIGACIÓN

Limpiadoras en «rebelión» contra la Fundación Guadalquivir

Las primeras en oponerse al famoso «donativo» fueron las trabajadoras del servicio de limpieza y sus maridos

Sede de la Fundación Guadalquivir en Córdoba VALERIO MERINO

F. J. POYATO

La escena tuvo calibre según algunos testigos. Más de una decena de limpiadoras contratadas en la Fundación Guadalquivir por los programas de la Junta ahora bajo sospecha y sus respectivos maridos se personaron en el local donde a diario se vestían y cogían sus utensilios, junto al « Centro Social Guadalquivir », al final de una mañana de primeros de año. Allí citaron a Ángeles Muñoz , la «jefa» del conglomerado de entidades sociales en el punto de mira. El plante era de envergadura. Trabajadoras y cónyuges acababan de conocer su reducción de jornada y sueldo , y no estaban dispuestos a «tragar» con el asunto de los «donativos».

Así que se fueron a hablar con Muñoz, toda una «lideresa» del barrio desde los tiempos del polémico centro de Facca , el ente que agrupaba a los colectivos de etnia gitana, que se iba a construir en la zona, para aclarar términos de forma directa. Las trabajadoras, que además dependían directamente de la presidenta de Fundación Guadalquivir, exigieron volver a su jornada de 8 horas y al salario que les correspondía según el programa de la Junta. Según ha podido confirmar ABC con los propios afectados y así consta ya en la investigación abierta por la Inspección de Trabajo , las limpiadoras llegaron a entregar un solo sobre con el famoso «donativo». El primer mes. En su caso, la equivalencia a tres horas menos de las que les correspondía trabajar y cobrar al día. Desde aquella «rebelión de las limpiadoras», como fue bautizado el episodio, todas menos tres de ellas, que prefirieron seguir trabajando menos, volvieron al «estatus» laboral que les correspondía.

Ángeles Muñoz , que optó por que su hijo «manejase» a los desempleados con más formación en su asociación juvenil, y los empleados de mantenimiento contratados por el Emple@ para otra de sus personas de confianza, prefirió gestionar a las empleadas del servicio de limpieza de forma directa, que según cuentan las fuentes consultadas por ABC, han pasado por dependencias que no les correspondía. Después de esta «rebelión» a bordo, llegaron las primeras quejas de los más jóvenes contratados , lo que deparó la famosa reunión con Cristian Menacho, uno de los líderes de Juventudes Socialistas en Córdoba , donde éste justificó el «donativo», que ya aceptó en algunos casos que se hiciera por transferencia bancaria y no solo con entrega en efectivo por sobre, como si fuera «apadrinar a un niño». Las aguas han estado revueltas hasta ahora, y más, desde que este periódico levantó los hechos denunciados ante la Inspección de Trabajo , que ahora está tomando cuenta de los mismos.

La última de las acciones de este conglomerado social con clara afinidad al PSOE -llevaban incluso a trabajadores a actos de los socialistas en la ciudad para rellenar huecos u ofrecían por carta cariño mediático para la Junta- ha sido intentar que muchos de los trabajadores afectados por la «mordida» firmen estos días revueltos desgloses diarios de trabajo en los que reconozcan que su jornada siempre fue de 8 horas diarias y nos las seis citadas. Según ha podido saber este periódico, todos menos cuatro se han negado a ello.

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