Mirar y ver

De librerías y libreros

Los pequeños negocios subsisten de forma heroica transmitiendo cultura

Escaparate de La República de las Letras Valerio Merino
María Amor Martín

María Amor Martín

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Celebramos hoy el Día de las Librerías , en un contexto en el que estas han de desafiar grandes retos, junto al esfuerzo para superar los efectos de la pandemia. La Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros alerta de las dificultades a las que se enfrentan para adecuarse a los cambios en el sector y para lidiar con la competencia desigual de las grandes empresas de comercio electrónico, que incluyen los libros en su negocio, con una buena tajada de beneficios, en detrimento de aquellas.

En Córdoba, cuatro librerías: Luque , referente que acompaña la ciudad desde 1919; Jurídica Andaluza , especializada en el libro de texto universitario; Títere , pionera en literatura infantil y juvenil; y la librería Selecta de Rute , centrada su atención en la comarca, se han unido a la plataforma todostuslibros.com, promovida por la Cegal, que, además de su anterior servicio de consulta bibliográfica de más de un millón de libros e información sobre dónde encontrarlos, se ha convertido en la plataforma de comercio online de las pequeñas y medianas librerías.

El lector decide en qué librería comprar y si prefiere el envío a domicilio, antes de 48 horas, o bien recogerlo en el establecimiento seleccionado. Las librerías, y sus libreros, luchan por subsistir y por mantener su irremplazable valor de garantes de la lectura y mediadores entre el libro y el lector, en cada ciudad, en cada pueblo, en cada barrio. No es así en una multinacional, en la que los libros son reducidos a mera mercadería.

Y es que entrar a la librería es encontrarse con una experiencia inesperada, como la de Bastián , deseoso de una historia interminable. Allí los libros y las palabras. Mirarlos, acariciar sus hojas y su olor, dejarse persuadir hasta elegir uno y convertirlo en propio. Allí se puede escuchar la hora definitiva de las cinco en punto de la tarde, buscar el tiempo perdido o hilvanarlo entre costuras, esperar en el andén Nueve y Tres Cuartos el momento para tomar el Expreso hacia Hogwarts o recordar el instante sobrecogedor en que una lectura nos cambió para siempre, como a Liesel , la ladrona de libros. Aún hay tiempo, dense prisa, acérquense a la librería antes de las seis y no pierdan de camino ninguno de sus zapatos de cristal.

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