Religión
La larga sombra de la silla de Osio: cinco obispos han pasado por la diócesis de Córdoba
El nombramiento de Santiago Gómez Sierra para Huelva es el sexto en los últimos años
Córdoba es cruce de caminos también en la jerarquía de la Iglesia . Siempre fue una de las diócesis más importantes de España, por encima en ocasiones de la propia relevancia política de la ciudad, pero en estos primeros años del siglo XXI se ha convertido en el lugar del que salen varios obispos con destino a otros lugares de España.
El nombramiento de Santiago Gómez Sierra como obispo de Huelva , que se ha conocido este lunes, es el sexto en los últimos años. Santiago Gómez Sierra, aunque es natural de Madridejos (Toledo) desarrolló en Córdoba gran parte de su ministerio, y aquí fue párroco de la Trinidad , vicario general y también presidente de Cajasur .
Las fotos de las asambleas de los obispos del sur cada vez tienen más caras conocidas para los cristianos cordobeses . Hasta ahora era obispo auxiliar de Sevilla , y el titular de esta diócesis, Juan José Asenjo , también fue obispo de Córdoba durante cinco años y administrador apostólico unos meses más, hasta la llegada de Demetrio Fernández.
Asenjo está al frente de una de las dos provincias eclesiásticas que abarcan el territorio de Andalucía, la de Sevilla. En la otra, la de Granada, el arzobispo es Javier Martínez Fernández , que también fue obispo de Córdoba, entre 2003 y 2008.
Otros dos prelados son también «clericus cordubensis», ya que se han formado en la diócesis. Mario Iceta , uno de los sacerdotes más brillantes de los últimos años, llegó a ser vicario general entre otros cargos, pero en 2008 el papa Benedicto XVI le nombró obispo auxiliar de Bilbao, en cuya diócesis sigue como obispo titular desde 2010. Es natural de Guernica, pero se ordenó en Córdoba.
Hace poco más de un año Francisco Jesús Orozco se convirtió en obispo de Guadix. Es natural de Villafranca de Córdoba y había desarrollado en su diócesis todo su ministerio. Cuando le llegó la ordenación era párroco de San Miguel y vicario general de la diócesis.
Antes que Javier Martínez, el obispo fue José Antonio Infantes Florido (1978-1996), el único que ha alcanzado la condición de emérito, con la que falleció en el año 2005. Era sevillano aunque llegaba desde la diócesis de Gran Canaria, que forma parte de la provincia eclesiástica de Sevilla.
José María Cirarda , su antecesor, había sido obispo a uxiliar de Sevilla (1960-1968), aunque a su llegada a Córdoba en 1971 llegaba desde Santander. En 1978 se convirtió en arzobispo de Pamplona y Tudela, y allí estuvo hasta que se retiró por razones de edad.
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