Jesús Cabrera - El molino de los ciegos
El lamento del Marrubial
La ronda está gafada, como si pesase una maldición
CADA vez creo más firmemente que la Ronda del Marrubial está gafada y que lamentablemente debemos resignarnos a renunciar a verla completamente recuperada no sólo a corto sino a medio plazo. Es como si sobre este lugar de la ciudad pesara una maldición secular que la condenara a no levantar cabeza, a hastiar a sus vecinos hasta la desesperación y a condenar a los cordobeses a avergonzarnos de un rincón que, por el contrario, podría ser un orgullo para todos. He perdido la memoria de la de veces que se repite con exactitud el mismo ciclo: la protesta vecinal brota ante la inacción de las instituciones implicadas, los políticos hacen anuncios grandilocuentes con la boca pequeña, las aguas se apaciguan, las promesas se olvidan y vuelta a empezar.
La maldición puede tener su origen en que para resolver este problema como Córdoba merece hay que poner de acuerdo a dos instituciones, como son el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía y pocas veces el trabajo conjunto da resultado, porque se prima la proyección pública sobre la necesidad y muchas veces se sale perdiendo, como es el caso del plan de rehabilitación Ajerquía Norte, que languideció por inanición hasta su vergonzoso óbito. Además, el hecho de combinar dos administraciones se convierte muchas veces en el campo de batalla favorito para las siglas políticas, y ahí tenemos el caso del pabellón de Fidiana, en cuya resolución se han comprometido varias fuerzas políticas y a día de hoy sigue cerrado. Aquellos niños para los que se reclamó esta instalación deportiva son hoy respetables padres de familia.
Desde que los vecinos protestaran por última vez en octubre pasado hasta ahora sólo se han producido dos noticias que no son precisamente las que se esperaban como solución definitiva. En primer lugar, la Gerencia de Urbanismo ha aprobado destinar 174.000 euros para la muralla , algo que se agradece. Pero el estupor surge cuando se ve que esta cantidad es sólo para una primera fase de reparación y de consolidación de la misma. ¿Y las demás fases, para cuándo? ¿No se merece este resto almorávide una actuación integral? A lo mejor este titubeo está justificado en que la muralla es una construcción militar, y ya saben ustedes…
Por otra parte, hace unos días se volvió a presentar por enésima vez el Plan Andaluz de la Bicicleta y, cómo no, volvió a salir el tema del Marrubial. La Junta sigue empeñada en priorizar el carril bici sin tener en cuenta a los vecinos de la zona y al consejo de distrito de Levante que por activa por pasiva les han dicho más de una vez que sí, que el carril bici está muy bien, pero que lo que ellos quieren ya son los cuatro carriles que crucen la ronda, desde los Padres de Gracia hasta la Fuensantilla, que es lo que realmente hace falta no sólo a estos barrios sino a la ciudad en general por lo que supondría de eliminación de uno de los más letales cuellos de botella que estrangulan el tráfico, ahora llamado movilidad.
Después de que llevemos dándole vueltas a la remodelación del Marrubial desde los tiempos en que los soldados de Infantería calmaban sus hambres cuarteleras con los bocadillos del Bar Pelitos, aún no se saben cuántos carriles se van a destinar a los vehículos particulares, que si dos, que si tres; vamos, como ahora. Lo lamentable de esta situación es que después de llevar décadas hablando del asunto da la impresión de que siempre se empieza desde cero y nunca se aprovecha aquello válido en lo que se ha trabajado. Después de todo esto, parece que la situación sigue igual a la de octubre del pasado año, cuando protestaron los vecinos por última vez. El ciclo vuelve a empezar y sabemos, desgraciadamente, lo que va a ocurrir.