Historia de presos
ABC, en la Prisión de Córdoba | Cuando las víctimas y los delicuentes se sientan cara a cara
El Centro Penitenciario de Córdoba ha puesto en marcha un taller con 15 reclusos para admitir el daño causado y pedir perdón
ABC, en la Prisión de Córdoba | «Si cumples tu condena sin tratar de reparar el daño, sólo queda rencor»
En imágenes, ABC en Prisión de Córdoba con reclusos que aprenden a pedir perdón
Imagine que comete un delito . Uno grave. Un asesinato, un robo armado, una agresión sexual... Y un tribunal lo condena a ingresar en un centro penitenciario. Desde el punto de vista de la justicia retributiva, el sistema ha funcionado: el hecho punitivo ha sido resarcido. Pero, ¿se puede decir lo mismo en relación al conflicto interpersonal provocado, desde una perspectiva restaurativa ? La respuesta es clara en la mayoría de los casos, sobre todo, en aquellos en los que el daño no puede subsanarse con una mera indemnización, aquellos en los que el dolor causado no se va con echar la llave a un cerrojo.
Así, con el objetivo de completar los preceptos constitucionales que persiguen las penas privativas de libertad de reeducación y reinserción social , y el derecho de la víctima a obtener una adecuada reparación material y moral de los perjuicios derivados del delito, el Centro Penitenciario de Córdoba y el Centro de Inserción Social (CIS) Carlos García Valdés han puesto en marcha el taller pionero ‘Diálogos restaurativos’ , mediante el cual una quincena de internos (que participan de manera voluntaria y sin contraprestación de beneficios para sus penas) asumen la responsabilidad del delito cometido, el arrepentimiento y la reparación, al menos, simbólica, del daño provocado.
El encargado de hacer este ‘viaje’ hacia la liberación interior de los reos es José Castilla , de la Asociación Andaluza de Mediación, Amedi , a lo largo de diez sesiones en las que los reclusos (trece hombres y dos mujeres) están aprendiendo las claves que les ayuden a entender por qué cometieron el delito; una reflexión introspectiva que puede culminar con un encuentro con sus víctimas , siempre y cuando éstas muestren su disposición, para conversar acerca de lo sucedido y sus consecuencias, y para sanar heridas.
El complejo penitenciario realizó una selección de los candidatos que se postularon para integrarse en el taller. Según la subdirectora de tratamiento del recinto, Inmaculada Román , en un principio se apuntaron 23 internos, si bien el grupo quedó reducido a 15 tras la exclusión de participantes, bien por valorarse que no estaban preparados, por abandono voluntario, cambio de grado penitenciario o por traslado a otra cárcel.
Aunque es cierto que este taller es pionero, la justicia reparadora ya se aborda en el marco de otras acciones específicas de la prisión de Córdoba. En concreto, se incluyen también como módulos de los programas de tratamiento de los delitos económicos (Pideco), delitos de odio (programa ‘Diversidad’) y delitos de violencia intrafamiliar (programa ‘Encuentro’).
En ‘Diálogos restaurativos’ no participan reclusos condenados por violencia de género [la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas para la Protección Integral contra la Violencia de Genero prohíbe expresamente la mediación penal] y aquellas personas con patologías psiquiátricas, señala Román.
Beneficios para ambas partes
El taller, que está a punto de concluir, vaticina buenos resultados;y es que, según las experiencias realizadas hasta la fecha, son múltiples los beneficios tanto para las víctimas como para los delincuentes: a las primeras se les brinda la posibilidad de explicar su vivencia del delito y sus consecuencias, y con la petición de perdón por parte del autor de los hechos, se puede reparar de alguna manera el daño moral causado.
En el caso de los delincuentes, la justicia restaurativa redunda positivamente en su reinserción , En el mejor de los casos, el proceso puede provocar que el delincuente no solamente asuma la responsabilidad sino que también experimente una transformación cognitiva y emocional y mejore su relación con la comunidad y, dependiendo de las circunstancias particulares, con la propia víctima y la familia de ésta.
«Estoy muy satisfecho con la actitud de los penados y el desarrollo de los objetivos. La evolución ha sido muy buena, han alcanzado ese nivel de conciencia que les hace ver su responsabilidad en el daño que han provocado. Se puede pensar que quien comete un delito grave no tiene sentimientos de culpa, y no digo que no pueda ocurrir, pero aquí los internos tienen mucho tiempo para reflexionar, dejar que emerjan pensamientos y emociones, algo que no pueden hacer en el resto del recinto penitenciario; cuando salen al patio tienen que tener la piel muy dura», explica Castilla.
Pero el proceso hasta que el condenado llega a la asunción de su responsabilidad y al deseo de reparación del daño, no es sencillo. «En primer lugar, debe contar con una actitud previa de reconocimiento del mal casuado . No puede negar los hechos, justificarse o exculparse», señala el experto.
Tras este paso, el siguiente consiste en identificar el daño provocado y, a partir de ahí, comienza ese camino interior hacia la aceptación y el deseo de reparación.
¿Sentimiento de culpa?
Castilla señala que, cuando una persona ejerce una agresión de cualquier tipo, «solo se piensa en que la unica perjudicada es la víctima; pero ese daño también afecta en sentido opuesto, en concreto, a los allegados del delincuente , a su entorno; en este taller, los internos también trabajan en esa petición de perdón a sus familiares».
Precisamente, uno de los ejercicios en los que se trabaja en las clases de Castilla es en la redacción de cartas de perdón . En estos escritos, los penados pueden expresar todo lo que sienten, explicar lo que sucedió, rememorando todos los detalles de los hechos y, sobre todo, pedir disculpas por el inmenso daño causado.
El objetivo último del taller es que los reos puedan reconciliarse con las personas perjudicadas por sus hechos delictivos, una tarea compleja; principalmente, porque requiere, como requisito indispensable, el consentimiento de las víctimas : «En muchos casos, han pasado bastantes años desde que se cometió y habrá muchos afectados que no querrán volver a tocar el tema, reabrir heridas que no han terminado de cerrar, algo muy normal, perfectamente comprensible y legítimo», explica el experto de Amedi.
Sin embargo, «también habrá otras personas que necesitan aclarar interrogantes , preguntas que solo pueden responder los propios penados». En estos casos, Amedi trabajará con las víctimas, en una o varias sesiones, las que sean necesarias, a fin de preparar el encuentro, que se producirá en presencia del mediador, en el ámbito penitenciario o fuera de él, según el deseo del perjudicado.
Para este 2021 los talleres ‘Diálogos restaurativos’ estarán presentes en todas las comunidades autónomas en el ámbito de las penas y medidas alternativas a la prisión y se espera que lleguen también a las prisiones de 14 comunidades , Ceuta y Melilla (26 en total).
Estas acciones constituyen un paso más en la lenta, pero progresiva implementación de la justicia restaurativa en el país que, hasta la fecha, carece de un marco normativo que la regule .