MEDIO AMBIENTE
La Junta no detectó el plástico de Recicor en inspecciones previas
La Administración autonómica constata que las cenizas de Puente Nuevo siguen mal almacenadas
La Junta de Andalucía no halló rastros de la montaña de plásticos que ardió en la empresa Recicor el pasado mes de octubre en las inspecciones previstas que realizó en la planta a pesar de que éstas se realizaron en fechas cercanas al incendio y que es poco probable que las 12.000 toneladas acopiadas, según el informe del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS), aparecieran de un día para otro. La Consejería de Medio Ambiente realizó la inspección el 12 de mayo de 2016, año y medio antes del incendio, y mantuvo el expediente hasta entrado el mes de enero del año pasado. Aquella visita acabó sin ninguna referencia a la montaña de plásticos que ardió según la respuesta de la Consejería a un cuestionario por este periódico con elementos no aclarados sobre la apertura del expediente sancionador.
Noticias relacionadas
La Junta ha decidido abrir expediente sancionador pero por hechos distintos a los que se detectaron en aquella visita «que puso de manifiesto otras deficiencias en la explotación». La sanción a Recicor vendrá porque la montaña de plásticos estaba sobre un lugar no habilitado para ello. Medio Ambiente detalla que se trataba de un vaso de vertido abierto por la empresa de acuerdo a la Autorización Ambiental Integrada del año 2013.
Un agujero
La oquedad en el terreno era eso, un agujero, porque según las conclusiones «no estaba habilitada aún para el depósito». La Junta recuerda que las medidas de protección para estas instalaciones son: impermeabilización, cuneta perimetral para recogida de aguas pluviales y red de recogida de lixiviados, además de controles en la recepción y depósito de los residuos. Medio Ambiente expresa específicamente que las medidas para la prevención de incendios no le competen.
La presencia de la montaña de plásticos en un lugar no habilitado para ello. Como explicó la Junta, se vulneró la normativa que obliga a tratar de forma específica determinado tipo de residuos, entre los que se encuentra lo que ardió. Lo que ha detectado la Consejería es que desde el pasado mes de mayo de 2016 está vigente el tratamiento obligatorio de residuos que llegan a una planta de residuos. Es decir, no basta con dejarlos en un agujero sino que es necesario realizar determinadas operaciones sobre ellos para que sean destruidos o reciclados (valorizados) en otros elementos de la cadena productiva.
¿Estas son las dos únicas cuestiones que se han detectado? Al parecer, no. El cuestionario respondido desde la Consejería de Medio Ambiente asegura que existe una segunda celda que se estaba utilizando para tirar residuos [no se dice de qué características o si ardieron o no] que se estaba utilizando «pese a que no debía haberlos admitido aún». La Autorización Ambiental Integrada permitió a las instalaciones la apertura de un número de vasos pero mediante su ocupación sucesiva. Dicha ampliación llevó la capacidad de captación de residuos a 1,25 millones de metros cúbicos desde los 65.000 iniciales.