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«Un monarca, un imperio y una espada»
Carlos construyó un ideario imperial identificando a veces a la unidad europea
![Busto de Carlos V en el monasterio de Yuste, donde se retiró](https://s1.abcstatics.com/media/andalucia/2020/07/19/s/opinion-primojurado-carlos-k6MC--1248x698@abc.jpg)
Cuando algunos se dedican a enjuiciar la Historia con ojos de hoy y constatamos con tristeza la afirmación de Antonio Machado de que hay que ser español para hablar tan mal de España como lo hacen determinados paisanos nuestros, no está de más recordar un hecho importante del que se cumplen ahora 500 años: la proclamación como emperador de Carlos V . Para los que hayan sufrido los daños de la Logse, habrá que explicarles que de ahí viene lo de Carlos I de España y V de Alemania. Fue en la ciudad de Aquisgrán (en alemán Aachen), la antigua capital imperial de Carlomagno, donde Carlos, ya rey de España, fue coronado emperador el 23 de octubre de 1520, tras ser elegido por los electores alemanes el año anterior. Superó en la elección al ambicioso rey de Francia, Francisco I , que nunca perdonó la derrota. El joven Carlos V, de solo 20 años, reunía en su persona la herencia territorial más fabulosa de la historia, nieto del anterior emperador, Maximiliano I , y nieto de los Reyes Católicos .
Existen historiadores que apuntan a que esto apartó a nuestra recién unificada nación de la ruta marcada por Isabel y Fernando y la vinculó con problemas del centro y norte de Europa. Pero otros señalan que representa el comienzo de la «hora de España en la Historia». En cualquier caso, rodeado de magníficos asesores y dotado de un carisma excepcional, Carlos construyó un i deario imperial que se ha identificando a menudo como un antecedente de la unidad europea. Providencialista, creía firmemente en superar las divisiones de la Cristiandad y sellar su unidad para enfrentarse a la gran amenaza del Imperio Otomano . Los turcos no eran cualquier cosa, extendían su dominio por Balcanes y Mediterráneo y apuntaban ya a Viena .
Los españoles, superada la crisis inicial de la guerra de las Comunidades, se implicaron hasta el fondo en esa idea imperial, que Hernando de Acuña resumiese en el concepto «Un monarca, un imperio, una espada». Pero no así otros. Francia no tuvo empacho en formar una alianza antinatural con los turcos; el Papa se coaligó con todos menos con España y puso trabas a los acuerdos a los que Carlos V intentó llegar con la flamante reforma luterana ; y muchos príncipes alemanes prefirieron abrazar el protestantismo, como desafío al poder imperial y enriquecimiento de sus arcas. Carlos V se impuso a todos, pero, agotado y desengañado, abdicaría en 1556 retirándose al monasterio de Yuste .
Córdoba ocupa un lugar en la historia de Carlos V. Mostró su lealtad al emperador en 1521 cuando los comuneros se alzaron en Castilla y éste se lo agradeció y residió en la ciudad del 19 al 23 de mayo de 1526, durante la luna de miel tras su boda en Sevilla con Isabel de Portugal , el gran amor de su vida. En los muros de la renacentista capilla mayor de la Mezquita-Catedral , un gran escudo imperial y las inscripciones, recuerdan que fue en época de Carlos V cuando se construyó este espacio.
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