Libre directo

Gratitud de Córdoba para los maristas

Los maristas nos inculcaron una sólida formación académica y en valores, principalmente humildad, sencillez y modestia y servicio a la sociedad

Inauguración de la plaza San Marcelino Champagnat en Córdoba ABC
Juan José Primo Jurado

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Decía Rilke que «la verdadera patria del hombre es su infancia». Más o menos eso debí sentir el viernes cuando asistí a la inauguración de la plaza de San Marcelino Champagnat , junto al Colegio Marista Cervantes . Mi colegio, donde pasé doce años de mi vida, desde primero de la tristemente desaparecida EGB al también extinto COU, repartidos entre el histórico edificio de la plaza de la Compañía y, desde 1973, en las espléndidas instalaciones del barrio de la Fuensanta.

Cuando el alcalde José María Bellido , antiguo alumno, y el director del colegio, Javier Perea, descubrieron la placa con el nombre de la nueva plaza, en presencia del rector de la UCO, José Carlos Gómez Villamandos, antiguo alumno, del hermano marista Chano Guzmán, coordinador de la Provincia Mediterránea, de varios concejales también antiguos alumnos, de profesores, padres, madres y alumnos, mi mente se llenó de nombres: los hermanos Tomás, Ignacio, Carlos, Serafín, Juanjo… mis antiguos y admirados profesores, empezando por Antonio López Valbuena, y mis antiguos compañeros de pupitres y de aulas. Y de imágenes: el patio rojo, las competiciones de émulos, las excursiones a Maimón , los cuadros de honor, la chasca, el mes de María, los libros de Edelvives…

Los hermanos maristas llegaron a Córdoba en 1933 y fundaron el Cervantes. Con la que salga el próximo junio serán 82 promociones de alumnos . San Marcelino Champagnat (1789-1840) quería que la educación marista formase «buenos cristianos y honrados ciudadanos». No sé si se consiguió del todo en Córdoba, pero sí sé que nos inculcaron una sólida formación académica y en valores, principalmente humildad, sencillez y modestia y servicio a la sociedad. Este 5 de noviembre Córdoba agradeció públicamente dicha contribución incluyendo el nombre de su fundador en el callejero. Se unía a otras ciudades que ya habían realizado el mismo reconocimiento, como Sevilla, Granada, Huelva, Málaga, Jaén, Oviedo o Valencia. Y añadía en el callejero cordobés el nombre de Marcelino Champagnat al de otros grandes fundadores, como san Juan Bosco, san José de Calasanz, santa Emilia Rodat o san Juan Bautista de La Salle. Gracias, Córdoba.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación