Libre Directo
Cultura como antídoto
La creación tiene una doble vertiente: la expresión de la belleza y la formación
He tenido la fortuna de que el Club Familiar Alcorce, de Córdoba, me ha invitado a pronunciar una conferencia virtual en este comienzo de curso. Se me ha ocurrido hablarles de cultura en tiempos de pandemia . De la cultura como antídoto y escape en estos momentos difíciles. La comparto con ustedes.
La cultura tiene una doble vertiente . Primera, la belleza intrínseca de la cultura genera los más bellos ideales, los más nobles sentimientos. Se dice que la música amansa a las fieras. Pues bien, contemplar un cuadro, una escultura, un monumento, oír una canción, a la fuerza te genera esas reacciones . Y segunda, la formación , una sociedad que no sea culta, que no esté bien educada, será una sociedad manipulable a la que se le puede encauzar hacia caminos que terminan en precipicios.
A cada generación le ha tocado vivir una circunstancia histórica , una guerra o una crisis económica o social y a nosotros nos ha tocado vivir el coronavirus . La pandemia afecta a la cultura de dos formas negativas. Una es el déficit de formación. A la fuerza los chavales que salen de institutos y universidades están marcados por ese déficit que supone la ausencia de educación no presencial . Van a tener que poner mucho de su parte para superar el no tener actividades presenciales, por mucho interés que pongan los centros educativos, las familias y los propios alumnos. Segundo déficit es la extensión de una cultura de la incertidumbre , del pesimismo, del embotamiento… por todas partes recibimos malas noticias, medias verdades y el uso de la mascarilla nos priva de un aspecto esencial para la comunicación, la expresividad .
Ante estos dos déficits encontramos soluciones a partir de la cultura. Primera, fomentar la lectura en los hijos , preferiblemente en papel, no en pantalla, que lean, el leer ayuda a formar. Segunda, pasear por Córdoba . Tenemos la inmensa suerte de vivir en una ciudad dos veces milenaria que respira historia y patrimonio por todos sus poros. Pasear, contemplar un monumento, una calleja o una plaza histórica, seguro enriquece y desembota a quien se empapa de ese patrimonio que tiene Córdoba como carta de presentación propia.
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