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En clave de unidad
Adolfo Molina revalida la presidencia provincial del PP en el XVI congreso
AYER, en el Congreso Provincial, Adolfo Molina fue reelegido presidente del Partido Popular de Córdoba por una amplísima mayoría, 99,1 por ciento de los votos. El hecho de que fuera el único candidato y la placidez de las semanas previas al cónclave popular hacían presagiar el consenso en torno a él. Un nuevo mandato para el que ha sido elegido en clave de unidad. Como la unidad ha sido la seña de identidad principal de su gestión hasta ahora. Unidad que, a veces, se da por sentada en los partidos políticos y que, sin embargo, no es fácil en otros tiempos o latitudes de la misma formación ni en otras fuerzas políticas.
Ayer, Molina explicaba el ‘Modelo Córdoba’ a ABC en una entrevista que le realizaba Rafael Ruiz: «Al día siguiente del congreso anterior, me puse a cerrar las heridas que se abren en toda contienda con más de un candidato. En el PP de Córdoba tiene sitio todo el mundo, quienes me apoyaron y quienes no lo hicieron. Creo que todo el mundo está a gusto, realizando sus legítimas aspiraciones. A veces, lo hemos tenido complicado con procesos como el congreso nacional que produjo zarandeos internos. No quería entrar en una situación que hiciera las heridas más grandes. Lo conseguimos». Y así, Adolfo Molina es presidente del PP cordobés, pero ello no resta un ápice de poder y presencia a otros pesos pesados como J osé Antonio Nieto, José María Bellido, María Luisa Ceballos, Beatriz Jurado, Antonio Repullo o Andrés Lorite , por citar algunos.
Con sentido de la comunicación y la integración, mano izquierda y guante de terciopelo , Molina ha logrado una unidad efectiva y no impuesta. Pero como él mismo afirma, los partidos políticos no deben ser un fin en sí mismos, sino un instrumento para acercarse a los ciudadanos, conocer sus problemas e intentar solucionarlos. Por eso, preservada la unidad y la garantía de continuar abriendo el partido, el siguiente reto es hacer efectiva en diferentes facetas de la vida pública dicha vocación de servicio al bien común. Que al fin y al cabo es lo que devolverá la credibilidad a la política.
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