Cultura
José Sánchez Vázquez: «Al personaje tienes que hacerlo aparecer en traje, pero también despeinado en pijama»
El escritor cordobés vuelve a la novela negra con «Pecados veniales», protagonizada por su detectiva Epicuro Salvatierra
José Sánchez Vázquez (Córdoba, 1966) es profesor de Filosofía y escritor y en «Pecados veniales» vuelve a las andanzas de Epicuro Salvatierra, protagonista de su primera novela, «Jazz Café». En esta obra, editada por Almuzara , el detective tiene que investigar el caso de un profesor de un centro religioso al que hacen la vida imposible por mantener una relación con una alumna, mayor de edad, hija de un poderoso empresario enriquecido en los años 90, y lo hace con técnicas novedosas.
¿Llamarse Epicuro imprime carácter?
Es alguien que busca el placer sin hacer daño a nadie, y que incluso en algún momento ha hecho de la búsqueda del placer un principio político. Es decir, Epicuro Salvatierra no sólo busca el placer: quiere la universalización del placer, para todos. Es un posicionamiento determinante en la vida y en su manera de actuar.
El caso que tiene que investigar es complicado y peligroso, con muchas implicaciones. ¿Cómo acaba metido en eso?
Implicaciones inmensas, sí. De hecho, Epicuro, aludiendo a la búsqueda del placer, tiende a ser perezoso, pero como un acto de conciencia, e intenta rehusar la propuesta de la abogada. Sabe que si está ese hombre, que es un empresario con un gran dominio de la ciudad , le va a traer muchos problemas. Además, es un centro educativo religioso, y él prefiere esquivarlo y vivir de lo que ha vivido siempre: casos de infidelidad y fingimiento de enfermedades ante el seguro. Mejor aquí, que vivo bien. Le aprieta Alicia, su abogada, con la que tiene una relación como el Guadiana. Se ve implicado y siempre sucede lo mismo: empieza renuente pero acaba implicadísimo . No es, sin más, un asesino suelto que hay que buscar. Hay muchas implicaciones sociales y políticas.
En su novela tiene protagonismo un personaje que ha conseguido poder a través del dinero. ¿Había riesgo de caer en lo maniqueo?
El maniqueísmo es lo fundamental que hay que evitar en novela negra. En cualquier momento que te despistes, caes en panfletos insoportables. La novela negra tiene esa virtud: es el género que puede analizar y denunciar la sociedad, pero hay que hacerlo literariamente . Al personaje tienes que hacerlo aparecer no sólo con traje de 800 euros, sino en pijama, despeinado, en la cocina de su casa, aunque sea una mansión. Incluso llorando.
«En la novela negra aparecen inversas cosas que la sociedad no se ve al mirarse»
No es una caricatura.
No es una caricatura, no debe ser una caricatura. El día en que quiera escribir literatura de humor lo haré, porque me apasiona. Hay momentos en que los diálogos pueden tender a ser cómicos, divertidos, pero esto es serio. El origen del nombre del personaje me costó, porque quería que fuera de origen canario. Hay un apellido que conocía que es Salanueva, pero se parecía a Salvatierra, y encontré Perdomo , que me vino muy bien. Porque es canario, pero su origen es francés y significa «prohombre» , que es magnífico, con tendencia a subir. Hay una ironía obvia. Lo trato con ironía, en otros momentos con terror, porque es un hombre con un poder que nadie puede imaginar, y en otros momentos que se le cae el pantalón del pijama cuando toma el café. Así consigo que esto no sea un panfleto.
En la narración ha innovado. Aparecen conversaciones por Whatssapp, emoticonos incluidos, y hasta una entrevista de la serie «Contramiradas», que publica ABC los domingos.
Las vanguardias literarias se pergeñaron en la primera mitad del siglo XX y son divinas: yo amo a Faulkner , a John Dos Passos , a Proust , pero hace un siglo. Hay que incorporar imagen, y sobre todo la novela negra que quiere ser una imagen inversa de la realidad, me encanta incorporar una noticia. He buscado el tipo de letra y la forma en que se ordena la información. Y los emoticonos, que dan un pelotazo de actualidad.
¿Por qué una imagen inversa?
Aparecen inversas cosas que no se ve esta sociedad cuando se mira. Acuérdese de los espejos del Callejón del Gato , que muestran una versión deformada, y la novela negra que puede ser divertida, pero tiene que dar una puñalada que no esperas. Eso es lo que ves en el espejo, y que crees que no tienes. Uno dice que es limpio, pero se ven sus manchas.
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