Contramiradas

José Ramón Menéndez, arquitecto: «El reto en Medina Azahara será aplicar el georradar»

Cuando en España dinamitaban los cascos históricos, este señor los salvaba. Y de su lápiz ha salido el milagro que ha colado al yacimiento en la Unesco

José Ramón Menéndez de Luarca en su despacho, con una maqueta de Medina Azahara Guillerno Navarro

Aristóteles Moreno

Poco después de culminar sus estudios en Arquitectura, José Ramón Menéndez de Luarca recaló en Italia para completar su formación. Hablamos de los años sesenta. El país transalpino vivía en plena efervescencia a la búsqueda de fórmulas para proteger su formidable tesoro arqueológico y monumental. Cuando regresó, se presentó a un concurso sobre el casco histórico de Zaragoza . Su equipo lo ganó de calle. ¿Por qué? España percibía entonces las zonas antiguas como un gran estorbo para la ciudad y todos los arquitectos presentaban proyectos para su demolición. Todos menos el estudio de Menéndez de Luarca. «Yo pensaba que ese criterio era un gran error y una falta de cultura», aduce. Después de Zaragoza, lo contrataron en Logroño, Burgos, Santillana del Mar y otros tantos.

¿Y hemos logrado salvar muchos cascos históricos?

Creo que sí. Desde aquella época se ha cambiado totalmente la tendencia y los cascos son preservados.

Perdone la provocación: ¿por qué hay que preservarlos?

Porque en los cascos se acumula toda la historia y la cultura de un país y de una ciudad. En el caso de Córdoba , nadie puede dudar de los valores ambientales, culturales y excepcionales de su casco histórico.

A Medina Azahara se vinculó a principios de los noventa. Llegó de la mano de Juan Navarro Baldeweg , que necesitaba un especialista en restauración e integración de conjuntos monumentales en Andalucía. Menéndez de Luarca era el hombre. Se había curtido con el arquitecto Fernando Chueca Goitia, experto en la Alhambra y conocedor como pocos del excepcional legado islámico en España. En 1991 redactó el plan especial de protección de la ciudad califal, que se aprobó siete años más tarde. Justo en el cenit de la marea de parcelaciones ilegales que aún hoy asedian el conjunto monumental.

¿Y qué se encontró cuando pisó Medina Azahara?

Medina Azahara había tenido un momento de crisis justo antes de la autonomía. Hubo un cierto desprestigio porque se hacían restauraciones excesivas, sin demasiado fundamento científico. La llegada de Antonio Vallejo supuso una ruptura por el rigor en las restauraciones. Lo que me interesó fueron los aspectos paisajísticos. Entonces era un paisaje intocado. Maravilloso .

Redactó usted el plan especial de los Dólmenes de Antequera y también el proyecto de Medina Azahara para la Unesco. Lo suyo son las piedras.

He hecho también muchos proyectos, como la Universidad Carlos III . Pero sí: últimamente tengo esa vocación.

¿Y dónde se siente más arquitecto?

Tengo las dos versiones. Lo bueno es actuar sobre proyectos de restauración teniendo bagaje en arquitectura contemporánea e interpretar la historia desde las preocupaciones de nuestros días.

¿Sabemos todo de Medina Azahara?

No sabemos nada. O sabemos muy poquito. Solo se ha excavado un 10%. Ni siquiera sabemos muy bien en qué consiste la ciudad . Si es un gran aparato estatal, un gran palacio o una ciudad. El reto de estos próximos años es la aplicación de tecnologías de georradar para investigar el resto de la ciudad sin hacer grandes excavaciones .

¿Había buenos arquitectos detrás de aquel proyecto?

No sabemos quién diseñaba estos edificios. Parece ser que había una implicación directa del califa, que era una persona extremadamente culta. Se sabe que estaba encima de las labores de planificación y construcción.

En materia arqueológica, ¿entra en el listado del Patrimonio Mundial de la Unesco y échate a dormir?

Es lo que ha ocurrido desgraciadamente hasta ahora. Entrar en el Patrimonio Mundial tiene una parte positiva e impactos negativos. Multiplica el número de visitantes de manera súbita y hay que estar preparado. Los pavimentos son de tierra blanda. Si no los protegemos, corremos el peligro de que desaparezcan. La declaración de Patrimonio Mundial supone poner Medina Azahara en el mundo, con las universidades europeas y también con el mundo árabe. El establecimiento de ese tipo de relaciones es otro reto que tenemos por delante.

¿Cómo se concilia el futuro con el patrimonio?

Afortunadamente, el futuro va hoy en el mismo camino que la conservación. Las nuevas tendencias tienden a eliminar el uso del automóvil y peatonalizar .

En Córdoba, ¿sobra pasado y falta futuro?

No creo que el pasado sobre nunca. El futuro hay que apoyarlo en un conocimiento del pasado. En Córdoba , se están haciendo proyectos muy interesantes. Desde la Córdoba provinciana que conocí a principios de los noventa hay un cambio cualitativo importante. Es una ciudad más abierta y espero que estas declaraciones de Patrimonio Mundial puedan ayudar a hacerla más cosmopolita.

¿Qué hemos hecho aquí rematadamente bien?

Rematadamente bien nunca se hace nada. Las actuaciones en la Mezquita , por ejemplo, se están haciendo muy bien. En Medina Azahara también. Nos tenemos que felicitar.

¿Celebra el regreso de Antonio Vallejo?

Evidentemente sí. Tiene unos conocimientos incomparablemente mejores que nadie. Ha dedicado su vida a Medina Azahara y fue un absurdo su destitución.

¿El turismo es el peor enemigo?

No. Tiene sus partes económicas positivas y sus aspectos contaminantes. Hay que tratar de moderarlos y estar preparados para esa afluencia. Puede ser un enemigo si no se controla.

¿Y qué hacemos con las parcelaciones ilegales?

Prefiero no meterme. Eso está en manos de los políticos .

Denos una idea.

En otras partes se están haciendo proyectos a largo plazo y, de manera paulatina, se pueden ir eliminando. Es un proyecto complejo donde intervienen muchos factores.

El arquitecto, en su despacho Guillermo Navarro

En su web, un apartado habla de «Ética y territorio». ¿Por ejemplo?

Precisamente aspectos como este de las parcelaciones ilegales. Ha habido un momento en que los promotores se dedicaban a destruir paisajes de los territorios, generaban empleo y la gente los aplaudía. Llegaron a ser personas muy populares. Hay que educar a las personas para que sepan que la destrucción del paisaje es algo que debe estar no solo penalizado sino que debe ser éticamente reprobable.

¿El litoral español tiene arreglo?

Algunas partes a muy largo plazo no. Soy asturiano y allí hemos trabajado desde los años setenta en la preservación del litoral. Hay zonas muy bien conservadas. Eso no ha ocurrido en otras partes del Mediterráneo . Lo que está destrozado llevará muchos años recuperarlo.

Dígame una ciudad bien concebida.

En España, Vitoria . Siempre ha tenido un orden en su desarrollo. Quizás sea la ciudad más ejemplar.

¿Hay que acabar con la tiranía del coche?

Evidentemente sí. Es un cambio cultural que se está gestando ya. La gente joven no compra coche y va en bicicleta. Es un cambio cultural necesario. El coche y la ciudad son incompatibles.

¿Planificar es un verbo escaso?

No sé. El problema es que tal como está organizado legalmente con periodos tan largos, la planificación siempre llega tarde. Falta agilidad .

¿Es amigo de la arquitectura espectáculo?

No. En absoluto. Lo que falta es atención a lo cotidiano . El modelo de la arquitectura espectáculo ha dado lugar a que todo el mundo intente hacer un monumento en la casa más humilde. Hemos llegado a un absurdo total.

¿De qué edificio se siente más padre?

No he construido mucho, pero quizás el Campus de la Universidad Politécnica de Leganés .

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