Contramiradas

José María Domenech, director del Museo de Bellas Artes | «El Covid condiciona la cultura como una guerra»

No hay tiros ni cascotes. Es cierto. Pero la pandemia ha sido una catástrofe sin precedentes para la industria cultural. Lo dice hasta el director del Bellas Artes

Domenech, en la pinacoteca cordobesa ALVARO CARMONA
Aristóteles Moreno

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El Museo que dirige se fundó en 1843 con los fondos procedentes de la desamortización de Mendizábal. El primer catálogo contaba con 255 lienzos, la mayor parte de ellos pertenecientes a los conventos desmantelados por el Gobierno liberal. José María Vázquez Domenech (Sevilla, 1974) es el décimo director del Bellas Artes , tercero de la democracia. Es, por tanto, sucesor de figuras ilustres que hoy son un trozo inmortal de la historia de Córdoba . Hablamos, por ejemplo, de Rafael Romero Barros , padre de Julio Romero de Torres . Pero también del hermano del pintor, Enrique Romero de Torres , o de su propio hijo, Rafael Romero de Torres Pellicer. Quiere decirse que Domenech es heredero de una larga estirpe de artistas y conservadores cuyo nombre está grabado a fuego en la memoria de la ciudad. Ahí es nada.

Fue usted nombrado hace ocho meses en medio de la mayor pandemia del planeta en un siglo. Ya hay que tener mala suerte.

Uno no elige los momentos en que suceden las cosas y hay que adaptarse a ello. La pandemia ha condicionado el mundo cultural casi como una guerra . No tener público desnaturaliza los espacios culturales. Nos hemos tenido que volcar en redes sociales y en actividades virtuales.

¿Los museos ‘online’ son los museos del futuro?

Una vertiente ‘online’ tendrá que haber porque la sociedad va por ahí. Pero la razón de ser de un museo es que el visitante venga a verlo personalmente. Puede tener apoyo virtual pero ver una obra maestra como 'La Virgen de los Plateros' , de Valdés Leal , es algo único que no se puede sustituir con nada.

José María Vázquez Domenech se incorporó al Bellas Artes como director procedente del Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla, donde trabajaba desde el año 2009 . Licenciado en Historia del Arte por la Universidad hispalense y máster en Museología por Granada , sus primeros pasos profesionales los dio en el aprendizaje del sistema de catalogación Domus. Estrenarse como director de un museo en plena pandemia planetaria no es una perita en dulce. Para hacer frente a la catástrofe sanitaria, han tenido que tirar de ingenio. Por ejemplo, la actuación de una bailaora flamenca en las salas del Museo, grabada y colgada en las redes sociales. O la difusión de obras singulares a través de sus perfiles de internet . O también la retransmisión en ' streaming ' de actividades artísticas en la pinacoteca para salvar las restricciones impuestas por el coronavirus.

En la cultura, ¿es más devastadora la apatía que el Covid?

Lo que es verdad es que interesan más otras cosas al ciudadano que visitar un museo. Cuando uno sale fuera, lo quiere ver todo, pero en la ciudad propia no. Prefiere estar en su casa viendo una serie de televisión. Eso es así.

«El Bellas Artes tiene un potencial enorme. Podemos llegar a 25.000 visitas»

Córdoba no conoce sus museos.

Sí los conoce pero no los visita frecuentemente.

En el año 2019, antes de la pandemia, el Museo de Bellas Artes registró 15.295 visitantes. ¿Cantamos victoria?

No. El Museo tiene un potencial enorme para lograr bastantes más. Este año vamos a poner en marcha un ciclo de actividades de talleres y visitas guiadas para colegios. Lo vamos a hacer más atractivo y más abierto para el ciudadano local.

¿Se atreve a poner un número ideal?

¡Buf! Yo creo que los 25.000 visitantes pueden ser factibles.

¿Quién llama a las puertas de esta casa?

Hay un perfil de turistas que es bastante relevante. El Museo de Bellas Arte s está inserto en el circuito turístico de la ciudad. La Plaza del Potro es una plaza histórica con un valor importante. Después está el público local que suele venir al Museo, pero que es escaso en comparación con el foráneo. Y también viene gente de localidades cercanas, o de Zaragoza y Madrid , que están a hora y media de Córdoba .

El Museo de Bellas Artes cumple ya 178 años de historia. ¿Siente vértigo?

Siento más vértigo por la importancia que han tenido los anteriores directores. Personas como Rafael Romero Barros , su hijo Enrique Romero de Torres o Rafael Romero de Torres Pellicer, Fuensanta García de la Torre y José María Palencia . Siento la responsabilidad e intentaré, al menos, igualarlos.

¿Y cuál es el sello Domenech?

Mi idea es intentar abrirlo al público. Hacer una serie de actividades que lo hagan más atractivo y que el público participe en la dinámica del Museo de Bellas Artes .

¿Ya está todo dicho sobre el Bellas Artes?

Yo creo que no. Lo expuesto suele ser una proporción muy pequeña de lo que el Museo conserva. Tenemos unas 6.000 piezas en total y expuestas solo unas 150. La idea es intentar darle nuevas perspectivas a la exposición permanente para mostrar nuevas piezas no expuestas e ir combinando con lo que está en los almacenes.

¿Qué secretos están bajo llave?

Normalmente lo mejor suele estar expuesto. Esa es su razón de ser. La historia que cuentan las salas es la historia del arte cordobés. Las obras más relevantes desde la época gótica hasta la actualidad. Tenemos una muy buena colección de dibujo que, por sus características, no se puede mostrar todo el tiempo ni a la vez. La idea es ir rotando la colección de dibujos para que no sufran.

¿Sufren por la luz?

Sí. Por la luz y por la temperatura. Son piezas muy delicadas. La sala de los dibujos se construyó en los noventa y tiene condiciones determinadas de luz.

«Córdoba es una ciudad que me fascina y creo que puedo dar al Museo mi visión»

¿Aquí está toda la historia pictórica de Córdoba?

Toda no. El Museo viene de las desamortizaciones del siglo XIX y eran las obras de los conventos. Luego se ha ido adquiriendo poco a poco y se puede contar una historia. Pero no es toda la historia.

¿Qué le debe Córdoba a la familia Romero de Torres?

En cuanto al Museo , muchísimo. Es el pintor más conocido de la ciudad. Y el Museo de Bellas Artes está unido a la familia desde sus inicios en el siglo XIX hasta el año noventa, en que murió la hija de Julio Romero de Torres. Es una unión indisoluble. El Museo empieza a funcionar en el antiguo Hospital de la Caridad y la familia Romero vive allí. Y allí tienen la Escuela de Arte. La J unta de Andalucía compró todas sus colecciones antes de morir la hija de Julio Romero de Torres.

El director del Museo, en la plaza del Potro ÁLVARO CARMONA

Dígame un cuadro imprescindible.

Por ejemplo, ‘La Virgen de los Plateros ’, de Valdés Leal .

José María Palencia dijo que un nuevo edificio era absolutamente imprescindible. ¿Lleva absolutamente razón?

Yo creo que sí. Y por varias razones. Es difícil armar un discurso que pueda individualizarse en sí mismo librándose de la familia Romero de Torres . Y también por la evidente carencia de espacio. No tenemos sala de exposiciones temporales ni salón de actos. La administración se ha olvidado un poco del nuevo edificio tras la crisis económica del año 2008 y luego con la frustrada Capitalidad Cultural. Mi impresión personal es que el tema no está ya en la agenda de los políticos.

La Diputación provincial se ubicó en el gran Convento de la Merced y el Museo de Bellas Artes en el antiguo Hospital de la Caridad. ¿Tuvo que haber sido al revés?

Pues no lo sé. El Museo sufrió desde el principio problemas de espacio en el Hospital de la Caridad. Y junto con el Museo de Julio Romero de Torres convivimos limitados. El espacio es insuficiente para el desarrollo de los dos museos.

Perdone el salto, pero ¿el C4 tiene una crisis de identidad?

El C4 se creó como un centro para que los artistas pudieran experimentar y todavía sigue siendo eso, aunque se le ha dado una nueva dimensión con exposiciones temporales continuas. Los artistas siguen trabajando allí. Se ha reconducido un poco pero sigue teniendo la esencia.

¿Cuál es el museo de su vida?Me llamó mucho la atención el Museo de Historia de Berlín. Utilizaba recursos museísticos bastante interesantes.

Me llamó mucho la atención el Museo de Historia de Berlín. Utilizaba recursos museísticos bastante interesantes.

A usted, por lo visto, no le aburren los museos.

A mí no.

¿Y qué hace un sevillano al frente de un Museo típicamente cordobés?

Yo me lo he tomado como un reto. Córdoba es una ciudad que me fascina y creo que puedo darle una visión propia al Museo de Bellas Artes, independientemente de que sea sevillano, de Huelva o de Córdoba .

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