PRECAMPAÑA
José María Bellido, ante la encrucijada de recuperar para el PP la Alcaldía de Córdoba
La irrupción de Vox, la renovación del equipo y un programa que enganche a la sociedad, sus principales retos

José María Bellido ha dado el pistoletazo de salida a su carrera hacia la Alcaldía de Córdoba . Cuatro meses y medio para comprobar si podrá recuperar el gobierno municipal perdido en 2015 o tener que conformarse con la oposición. Su eslogan de precampaña ( Córdoba somos todos ) empieza subrayando una de las críticas que más ha recibido su contrincante directa y actual regidora, la socialista Isabel Ambrosio: el sectarismo. Para ello ha usado su imagen respaldad por un grupo de colaboradores y compañeros en la calle Cruz Conde , una de las señaladas por el PSOE e Izquierda Unida para cambiar su nomenclatura por la Ley de Memoria Histórica.
A sus 41 años debe renovar la plancha popular que aún aglutina nombres con más de veinte años en la política local. Asímismo, Bellido debe hacer frente a la irrupción de Vox y la creciente ola de favoritismo que Ciudadanos viene acuñando en Córdoba según los sondeos. Sin menoscabo de articular un proyecto programático que ilusione, que reúna propuestas asumibles, y de proyectar más su propia imagen -una cuestión en la que viene trabajando desde hace tiempo-.
El objetivo, pues, es claro: quedar primero y sumar más que los anteriores para aspirar a un gobierno de coalición bien en solitario con Ciudadanos, bien reeditando el acuerdo a tres bandas de la Junta de Andalucía con la formación de extrema derecha.
El portavoz del PP cuenta además con la nueva situación de la Junta de Andalucía, donde su partido ostentará la presidencia. Este puede ser un estímulo para sus promesas electorales, arropado por un Ejecutivo autonómico interesado en que se prolongue la inercia electoral del pasado 2 de diciembre.
Con todos estos mimbres, la carrera al principal sillón de la calle Capitulares arrancó este lunes para él, tras presentar junto al presidente del PP de Córdoba Adolfo Molina una precampaña que multiplicará sus actos en las próximas fechas, cuando ya se despeje la incógnita del Gobierno andaluz y el protagonismo de la política municipal se recupere. Ya no hay lugar para las florituras.