DESDE MI RINCÓN
Presupuesto municipal (II)
Los ciudadanos tenemos que analizar y valorar las consecuencias del acuerdo PP-PSOE
Decía en anterior columna que si el Presupuesto Municipal es fundamental para el gobierno de la ciudad mucho más lo es para los ciudadanos . Necesitamos saber cuánto se va a gastar y cuál va a ser el destino de nuestros impuestos. Los presupuestos municipales deben estar aprobados al inicio de cada uno de los ejercicios. De esa manera sabremos cuales son las verdaderas convicciones de quienes gobiernan la ciudad y tendremos más confianza en que los servicios e inversiones presupuestados se ejecuten.
Lo lógico es que antes de finalizar cada ejercicio el gobierno tenga preparado un borrador de presupuestos para que pactándolo con quienes comparten o apoyan al gobierno se apruebe antes de iniciar el ejercicio siguiente. Si además de eso consigue que la oposición lo secunde de una u otra manera mucho mejor. Lo que no es comprensible, creo yo, es que ante la imposibilidad de aprobar el presupuesto con el voto de los partidos que conforman o apoyan al gobierno, este se someta a exigencias de la oposición que puedan llevarle a marginar la ideología o convicciones que decían tener cuando pedían la confianza de los ciudadanos. Digo esto porque me han extrañado las palabras del alcalde Bellido calificando el acuerdo con el partido socialista como «acuerdo entre el gobierno municipal y partidos de ciudad y de Estado (¿?), que sitúan a Córdoba por encima de cualquier otros intereses partidistas e ideológicos». Me parece perfecto que los intereses personales y partidistas se dejen fuera de cualquier pacto que busque el bien de la ciudad y de los ciudadanos. Pero arrinconar la ideología es hacer que los votantes que hicieron posible el gobierno , dejen de verlo como garante de los principios que decía defender . Las palabras del alcalde me hicieron recordar aquellas de Groucho Marx, «Estos son mis principios, pero si no les gustan, yo los cambio».
Ante el acuerdo PP-PSOE los ciudadanos no debemos permanecer como meros espectadores de una comedia política. Hay que analizarlo y valorar las consecuencias que tendrá para el presente y futuro de Córdoba.
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