Desde mi rincón
Narcisistas
¿Nos gusta la realidad de Córdoba a los que vivimos en ella?
Son muchas las veces que me hago una pregunta para la que no tengo respuesta. ¿Nos gusta la realidad de Córdoba a los que vivimos en ella? A veces, cuando alguien propone un determinado proyecto para mejorar nuestra realidad, siempre sale alguien diciendo ¿para qué cambiar con lo bien que se vive en Córdoba ?. Es cierto que se vive bien. Pero también es verdad que pierde población, que el paro es tremendo, la renta personal es de las más bajas de España y otros índices que indican que nuestra realidad es muy mejorable. ¿Por qué entonces esa actitud reacia a emprender proyectos con la esperanza de verlos finalizados?.
Comparto la opinión de mi admirado Rafael Diaz-Vieito cuando manifiesta que en Córdoba «la nueva política tiene como elemento estructural la teatralización de la diferencia con el adversario». Si el partido X presenta un proyecto, este es rechazado sistemáticamente por el rival, de la misma manera que si ese proyecto lo presentara el rival sería rechazado por el partido X. Esa actitud tiene dos consecuencias. La primera es la eternalización de las cosas en esta ciudad. Otro efecto es la división social que genera. Esta manera de ser frena cualquier desarrollo positivo, al tiempo que nos debilita para defendernos eficazmente de los agravios que pueden venir del exterior. Imaginemos que los muchos partidos catalanistas que mantienen al gobierno socilista en el poder, exigieran que se implantara en Cataluña un concierto económico similar al que disfruta la comunidad autónoma del País Vasco y que beneficia mucho a los ciudadanos de esa comunidad en comparación con las demás comunidades españolas. Si el actual gobierno de España cediera a esa solicitud ¿cree alguien que habría partido en Cataluña capaz de opornerse? Yo no. De lo que estoy convencido es que en Andalucía y muy concretamente en Córdoba , no veriamos la unión necesaria de partidos para protestar activamente por las nocivas consecuencias de semejante decisión.
Si lo que en estos momentos es posibilidad llegara a ser realidad, sólo pediría que los actuales políticos abandonaran su narcisismo y todos juntos, por una vez, pensaran en Córdoba como Córdoba merece.
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