Desde mi rincón
¡Ni una más!
Confío y desconfío de quien salga triunfante de las elecciones a rector; cuando vea sus obras opinaré
Cuando escribo la columna me pregunto si el tema interesará a mis lectores. Lo desconozco. Pero consciente de que su publicación se hace en periódico tan prestigioso y serio como es ABC, estoy convencido que el asunto que voy a tratar es de interés de sus exigentes lectores. Una vez más, hablemos de la Universidad .
Decía la pasada semana que el próximo día 19 hay elecciones a rector en la Universidad de Córdoba . Universidad que es sede de la excelencia y uno de los principales motores económicos y centro cultural de nuestra ciudad. Porque la Institución Universitaria es algo imprescindible en una democracia , afirmé que no me parecía acertado ni prudente que el actual Rector en funciones, que estatutariamente preside la comisión electoral, haga valoraciones acerca de los candidatos dando apoyo y respaldo personal a una parte.
Tampoco me parece bien, lo digo ahora, que el acto central para celebrar el 50 aniversario de la creación de la Universidad de Córdoba se celebre tres días antes de las elecciones , cuando, además, el Decreto que la creó entró en vigor el 1 de otubre de 1972, es decir, cuando faltan cinco meses para ese aniversario, acto que organiza quien pone en duda los compromisos que puede llevar uno de los candidatos, sin entrar a valorar los que puedan llevar quienes conforman el equipo contrario.
Ahora, ni soy universitario ni voy a votar por candidato alguno. Es más, confieso que me es indiferente el rector o rectora que salga. De entrada, confío y desconfío de quien salga triunfante. Cuando vea sus obras opinaré. Lo que no quiero perder es la confianza en otra Institución más. Ya está bien lo que está sucediendo en España, donde los responsables de sus Instituciones están generando su desprestigio ante el silencio vergonzoso y miedoso de los ciudadanos. Ha llegado el momento de decir pacífica y democráticamente, ¡ni una más!
Cuando un pueblo no confía en sus instituciones, ni en sus políticos, la democracia se tambalea. ¿Es eso lo que queremos?
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