Desde mi rincón
España se pudre
Recordando a Santa Catalina de Siena, animo a gritar y grito: ¡Basta de silencios! ¡Gritad con cien mil lenguas
![El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2021/06/26/s/sanchez-corodba-noticia-kE7D--1248x698@abc.jpg)
DECÍA en anterior columna que una parte de la sociedad parece que ha renunciado a pensar. Hoy me pregunto si pensar es carga pesada. ¿Por qué digo esto? Aquellos a los que voté en las últimas elecciones y hoy gobiernan Córdoba , no son muy receptivos a las críticas que sobre determinadas acciones u omisiones se le hacen. Eso me hace pensar si no será mejor callar. Si hablamos de quienes gobernaron antes y hoy son oposición, son incapaces de reconocer error alguno cuando gobernaron. Eso me lleva a pensar que, si vuelven, actuarán de igual manera. Si a estos no los voy a votar porque no me gustó cómo actuaron y los actuales me desilusionan por sus formas, fondo y falta de empatía, comprenderán mis lectores por qué digo que pensar es una pesada carga. Mejor es no perder ni un segundo en semejante tropa. ¿Estamos de acuerdo? Pues personalmente considero que callar en estos momentos es una barbaridad . ¡Me explico!
Personalmente me niego a formar parte de ese « pueblo español silencioso y obediente, como los obispos y empresarios»; ni a ser uno de esos ciudadanos con «principios fofos». De ellos habla mi respetado José Javier Amorós en su magnífico artículo ‘Marchita dignidad' .
Luis Ventoso , en su columna ‘España, por un plato de lentejas ’, dice que «los indultos suponen una burla a los españoles que constatamos que ya no se trata por igual a todos los ciudadanos y comunidades ». Ante estas poderosas razones, ¿vamos a permitir que nos quiten y quiten a Andalucía lo que nos corresponde, para dárselo a quienes viven amenazando con desbancar del poder a quien debe servir a todos por igual? ¿Callamos hasta que no haya vuelta atrás, para quejarnos cuando ya sea tarde? El invierno es duro para los que no callan. Pero es amarga la soledad para aquellos que por miedo enmudecieron.
Recordando a Santa Catalina de Siena , animo a gritar y grito: ¡Basta de silencios! ¡Gritad con cien mil lenguas! porque, por callar, ¡ España se pudre!
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