Confianza (II)

José Luque

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30/04/2022 a las 08:05h.

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Decía la pasada semana que la alternativa de gobierno que conviene a España es la que esté presidida por aquella persona que merezca la confianza del pueblo soberano. Creo no estar solo si digo que el gobierno actual de España y los partidos o grupos que lo apuntalan están llevando a España a la deriva . Están generando polarización social y una ruina económica que sufriremos nosotros y las próximas generaciones. Además, pretenden borrar aquellos valores que nos han proporcionado los mejores momentos de nuestra historia. Como pienso así creo que es urgente un cambio de gobierno en España. Para ello, nada más necesario que la hoy inexistente socialdemocracia, así como el centro-derecha y derecha políticas, se ganen con todo rigor y en todas las instituciones en las que gobiernan la confianza de los españoles . Una institución que en la que gobierna quien se presentó como líder del centro derecha político es el Ayuntamiento de Córdoba.

E l alcalde Bellido fue el candidato que en las últimas elecciones recibió el mayor número de ‘confianzas’ de los ciudadanos de Córdoba. Esa es su responsabilidad. Pero que no olvide que en democracia no hay votos cautivos . La confianza es difícil de conseguir y fácil de perder. Por eso y porque necesitamos poder confiar en los líderes de centro y derecha que gobiernan actualmente las instituciones españolas, los ciudadanos que queremos un cambio de gobierno en España tenemos la obligación de ser muy exigentes con esos líderes. Hay que demandarles verdad , integridad, coherencia, ejemplaridad y confianza en quienes confiaron en ellos. No es aceptable que el PP denuncie despilfarro público y que líderes de ese partido mantengan donde gobiernan una estructura política poco eficaz , nada ejemplar y en algunos casos financiando actuaciones que parecen orientadas por el pensamiento único que el gobierno de España pretende imponer.

Hay una frase atribuida a Friedrich Nietzsche que todo político debería sospechar oírla de sus votantes: «No me molesta que me hayas mentido, me molesta que a partir de ahora no pueda creerte».