CiudadaNO súbdito

José Luque

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22/05/2021 a las 08:14h.

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Organizado por el Foro Cultural de ABC Córdoba , asistí el pasado martes a la presentación del libro ‘Las campanas de Santiago’ de la periodista Isabel San Sebastián . De cuantas cosas se dijeron traigo una que me hace reflexionar . Decía la autora que tras sus muchos viajes por España ha llegado a la conclusión de que las personas pacíficas, trabajadoras y justas son mayoría en la sociedad . Pero desconoce la causa por la que al poder llegan , salvo honradas excepciones, las peores, insaciables e injustas . Las razones para que en democracia las cosas sucedan así deben ser muchas. Permitidme una opinión sobre el tema.

Desde las múltiples administraciones se habla continuamente de la necesidad de impuestos para satisfacer los gastos que la sociedad demanda . Pero se habla poco de los gastos que justifican esos impuestos. Porque no todos los gastos que se generan son productivos. No todos son percibidos por los ciudadanos como necesarios. No se habla de un gobierno mastodóntico; de las múltiples administraciones y entes paralelos que rodean al gobierno del Estado, autonomías y ayuntamientos con productividad desconocida; ni se comenta el hecho de que cualquier político de chichinabo lo primero que hace es rodearse de una serie de asesores, coordinadores y directores generales cuyas funciones y responsabilidades se desconocen, colocando a familiares, amigos y compañeros de partido. Todo ese disparate de gastos hay que pagarlo , ahora o en el futuro, con impuestos . Eso está llevando a España a una fiscalidad que roza la confiscación al tiempo que, por sus formas, genera una nociva inseguridad jurídica y temor en los ciudadanos. En esa mayoría de ciudadanos pacíficos y de orden que empiezan a sentir que están perdiendo libertad y autonomía ante un Gobierno que, obsesionado por el control absoluto, pretende convertirlos en súbditos .

Ese aguantar y callar como súbditos puede ser una de las causas para que gobiernen los peores . Creo que ha llegado el momento de levantar la voz y actuar pacíficamente para decir que somos ciudadanos, no súbditos.