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Oposición virtual

España se está convirtiendo en un país de esclavos. Qué más da quien sea la oposición, si nadie hace oposición

Bancada del PP en el Congreso de los Diputados EFE
José Javier Amorós

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España es hoy una nación tomada por tres virus : el covid19 , el sánchez18 y el iglesias20 . El más inteligente de los tres es el primero. Pero los otros dos tienen mayor aceptación social, y por eso resultan más peligrosos. A ellos van buena parte de nuestros pensamientos y de nuestras conversaciones, en ellos desaguan nuestros lamentos y nuestra resignación . Hágase en mí según tu real decreto. El caso es no pensar en uno mismo, un argumento tan limitado. Nos pasamos la vida pendientes de personajes que no son mejores que nosotros, únicamente porque tienen poder sobre nuestras circunstancias. Nos sentimos solos y prescindibles, un efecto secundario del virus sánchez18. La libertad ha quedado reducida a categoría literaria ; se canta, pero no se vive. La vida es hoy más confortable que hace un siglo, y a ese bienestar material lo llamamos libertad. Los poderosos nos compran barato: el aperitivo, el teléfono móvil, abundante televisión, segundo coche, segunda casa, segunda moral. Reparamos poco en la decadencia de la educación . Toda la transición ha sido un fracaso del sistema de enseñanza, con leyes que se perseguían unas a otras en busca de lo peor. Descenso de los niveles de exigencia y trivialización de los contenidos, ahí está el resultado. Que una intonsa vasca vestida de boutique sea hoy ministra de Educación, sólo puede explicarse porque un analfabeto audaz es presidente del Gobierno . Un pueblo sin suficiente formación en manos de un gobierno sin suficiente educación. Los tres virus nos están dejando contaminados de dos males que nunca se curan del todo: el miedo y el egoísmo. Por eso admiramos tanto el valor de los valientes , que es un receso del miedo, y la generosidad de los generosos, un aplazamiento del egoísmo. Ya nos gustaría a nosotros.

España se está convirtiendo en un pueblo de esclavos . Qué más da quién sea la oposición, si nadie hace oposición. Del rey abajo, ninguno. Tampoco nosotros, el bendito y alabado pueblo soberano, una actualización de «Mi ovejita lucera». La dulce canción de hace setenta años que sánchez18 ha convertido en el himno de la Fiscalía General del Estado : «Tengo yo una ovejita lucera, / que de campanillas / le he puesto un collar. / Yo la llamo y se viene a mi vera, / corriendo ligera, / diciéndome baaa». Nos consuela saber que todos somos libres e iguales, menos mal. El pasado jueves, al tiempo que en el Gran Teatro de Córdoba daba comienzo un brillante concierto de la orquesta local, cinco varones adultos extendían cartones y periódicos en los soportales de una entidad bancaria, en la Avenida del Gran Capitán . Para entregarse a un sueño feliz, después de un día completo de libertad e igualdad. Se trata de una metáfora de la función social de la riqueza. El virus iglesias20 estará satisfecho. Unos bancos financian su chalé y otras cosas, y otros bancos dan de dormir a unos cuantos hombres libres e iguales. De piedra ha de ser la cama. Expuestos a la intemperie gozosa de la noche cordobesa, para que sus hermanos los veamos bien. Hermanos todos. ¿También Sánchez e Iglesias son hermanos nuestros? Entonces, que nos cambien de familia. Dios no puede pedirnos tanto. Si hubo en la España pasada tantos y tan feroces luchadores antifranquistas como da a entender el Gobierno, el general Franco tuvo mucha suerte pudiendo morir en la cama, después de cuarenta años de dominio. Pedro Sánchez, el césar vírico, no tiene por qué ser menos afortunado con su también durísima oposición.

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