Pasar el rato
Congresos tengas
Al ir a votar, las papeletas del PP se quedarán pegadas en las manos, puro almíbar
Feijóo acudirá a La Moncloa el jueves a «escuchar» y deja la puerta abierta a un acuerdo sobre el CGPJ
El reciente congreso popular de exaltación de Núñez Feijóo ha sido, recordando una ocurrencia feliz de mi difunto Manuel Alcántara , «como echarle azúcar a la leche condensada». Una empalagosa reunión de aplaudidores unánimes. Política de adultos . Ni un mal pensamiento, ni un mal modo, ni una palabra ingeniosa; todo nauseabundamente melifluo, como el «bilingüismo cordial» de Núñez , también Feijóo . Incluso Pablo Casado , un político resueltamente inútil, se permitió alardear de su gestión, entre aplausos. Y Rajoy , al que debemos la luz que está alumbrando nuestros funerales como nación, dijo también cositas prescindibles, e hizo las gracias que no pudo hacer cuando lo del bolso y lo del bar. Gran ovación. Enfrente tienen a un energúmeno político como Sánchez, que van a convertir en adversario cordial, hermano separado al que atraer con dulzura y cosquillas. Sánchez envejecerá en la Moncloa , arrullado por la música cansina de una derecha unida, viva, plural, abierta y bilingüe. Y si no se andan con cuidado, sostenible, transversal y resiliente.
Al ir a votar, las papeletas del PP se quedarán pegadas en las manos, puro almíbar. Nos queda la esperanza de que Andalucía , nuestra señora en España , que ha entrado en la gloria nacional del PP , ponga un poco de orden en tanta cursilería, y limpie las huellas de miel y merengue que ha dejado el congreso. Si aquí fueron capaces de acabar con Susana Díaz, también podrán devolver a la realidad a Cuca Gamarra. A uno le parece de fiar un gobierno, el andaluz, que ha dicho que mantendrá la filosofía en la escuela. La transición ha sido un fracaso del sistema educativo. Deliberado, probablemente. Un ciudadano con apariencia humana no vota espontáneamente a Pedro Sánchez, sino como consecuencia de una larga y minuciosa deseducación. La primera reforma que necesita España es la reforma educativa. Desde el vientre materno al doctorado.
Le parece a uno que la humildad no es la virtud sobresaliente de un columnista; ni de un novelista, ni de un profesor de Universidad , ni de un político, ni de Belén Esteban . Pues desde toda la humildad de que es capaz un columnista , que no es mucha, reconozco humildemente que me equivoqué al juzgar a Moreno Bonilla. Y no fui capaz de ver sus cualidades políticas. No es que ahora ruja de entusiasmo al escuchar sus discursos, y me despierte por las noches llorando al recordarlos, pero valoro y admiro el gran trabajo que ha hecho en Andalucía . Resucitándola de sus diversas muertes de izquierdas, y devolviendo a su caverna originaria a un socialismo de corrupción y barricada. Aquella descomedida Susana Díaz , y lo que ella representa en Andalucía, es hoy una fuerza política extinta; descontando lo que pueda suponer el voceo de boquerones en los mercados. Con esa experiencia, temo juzgar anticipadamente a Núñez Feijóo , cuyo magnetismo de arroz con leche no logro que me atraiga. Por el bien de España y por el mal de Sánchez , celebraría que con el gallego me sucediera lo mismo que con el andaluz. Aunque no creo que viva los años suficientes para comprobarlo.
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