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Cuán largo me lo fiais

Los pronósticos de Sánchez para la España de 2050 tienen visos de una añagaza política

Pedro Sánchez, presenta el proyecto España 2050 EP
José Calvo Poyato

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La expresión «cuán largo me lo fiais» aparece en varios de nuestros clásicos. Tirso de Molina , en ‘El burlador de Sevilla’ puso dicha expresión en boca de don Juan, cuando afirma: «No hay plazo que no llegue/ni deuda que no se pague. ¿Mientras el mundo viva/ no es justo que diga nadie:/¡Cuán largo me lo fiais!/Siendo tan breve el cobrarse». También Cervantes hace uso de ella, cuando don Quijote le dice a su escudero: «Cuán largo me lo fiais amigo Sancho». La misma expresión aparece en el ‘ Don Juan Tenorio ’ de Zorrilla.

Nuestros clásicos empleaban esa expresión como una forma de indicar que el plazo que se ponía para llevar a cabo alguna acción era tan largo que las posibilidades de que no se llevase a cabo eran grandes, muy grandes.

Añadamos a ello que lo hacían en un tiempo en que el discurrir de los acontecimientos no tenía el ritmo vertiginoso con el que se suceden las cosas en nuestro tiempo y que hacen que los cambios se produzcan a una velocidad que para ellos era inimaginable. En definitiva, con esa expresión señalaban que lo más probable era que no se cumpliera con la obligación que se contraía.

Las proyecciones demoscópicas , que con tanta frecuencia se hacen en nuestra época, no suelen ser muy fiables porque acontecimientos inesperados -tales como la pandemia que nos afecta- pueden alterarlas y dar al traste con las previsiones. No tenemos más que observar la que, en materia económica, hace la OCDE, la Unión Europea o de nuestro propio Gobierno para los años inmediatamente posteriores.

Son modificadas de forma continua. Cambian los índices del producto interior bruto, las cifras de la tasa de paro o las del crecimiento de la población. Y es que los acontecimientos que nos depara el futuro son, en muchos casos imprevisibles, y a veces inesperados.

Por ejemplo, Helmut Kohl, canciller de la República Federal de Alemania en 1989 se vio sorprendido cuando estaba en un acto por la caída del muro de Berlín, que marcaría el principio del fin de la URRS. Por lo que las proyecciones demoscópicas de futuro, realizadas sobre supuestos científicos, tienen con frecuencia resultados similares a los pronósticos que se consignaban en los almanaques y libros de pronósticos de antaño y que todavía tienen vigencia.

Los pronósticos, contenidos en un volumen de setecientas páginas, que el presidente del gobierno ha lanzado al mercado, tienen todos los visos de una añagaza política, afirmando que ha de mirarse hacia el futuro, cuando es él quien mira continuamente al pasado, recordándonos algunas de las páginas más tristes de nuestra historia. Los clásicos decían «¡Cuan largo me lo fiais!». En el lenguaje popular se suele decir: «A otro chucho con ese hueso».

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