Pozoblanco
Las Jornadas de Otoño evocan la primera vuelta al mundo como un «logro repleto de tragedias»
Los historiadores Juan Gil, Salvador Bernabéu y Consuelo Varela repasan en Córdoba el apresto de los cinco barcos que partieron de Sevilla
La gran aventura del portugués Fernando de Magallanes y el español Juan Sebastián Elcano fue la protagonista ayer del cierre de las XXII edición de las Jornadas de Otoño, que organiza la Fundación Ricardo Delgado Vizcaíno, dependiente de Covap , en Pozoblanco . Cuando se cumplen 500 años del inicio del viaje que acabaría suponiendo la primera circunnavegación, tres historiadores analizaron las claves y los pormenores de aquella gesta que financió el emperador Carlos I. De Magallanes se dibujó la imagen de un hombre altanero, duro, adusto en el trato, pero que, pese a ser portugués de nacimiento, acabó siendo castellano y miembro de la Orden de Santiago, lo que no deja lugar a dudas sobre la primera vuelta al mundo y su carácter de empresa castellana. Aun así, se defendió su «carácter europeo» dado que numerosos marineros de diversos países participaron en la hazaña y también la capacidad de Elcano y los marineros vascos que iban en la expedición para salvar los momentos de navegación más complejos.
Fue el encargado de abrir la sesión Juan Gil , catedrático de la Universidad de Sevilla, al que el pozoalbense Santiago Muñoz Machado, presidente de la Fundación Ricardo Delgado y director de la RAE, calificó como «el mayor latinista de España». Gil, en una conferencia repleta de detalles, dio muestras de su erudición en una ponencia en la que analizó el apresto de aquella armada que acabarían formando la «Trinidad», el «San Antonio», la «Concepción», la «Victoria» y el «Santiago». En cuanto a la tripulación , el profesor explicó que el número de personas embarcadas debió superar las 250, aunque explicó que la cifra «baila en los documentos».
La historia de la preparación de este proyecto la definió el catedrático como un camino repleto de dificultades, en el que fueron constantes los choques entre un hombre de carácter complicado como Magallanes con los funcionarios de la Casa de Indias , como el vasco Juan López de Recalde o los burgaleses Juan de Aranda o Sancho de Matienzo. Esos roces se expendieron igualmente entre la marinería, formada no sólo por españoles sino por portugueses, griegos, alemanes, venecianos o sicilianos. Habituales, según explicó Gil, acabarían siendo los conflictos entre portugueses y españoles , que se hacían chanzas los unos a otros a costa de la batalla de Aljubarrota (ganada por Portugal e Inglaterra a Castilla a finales del siglo XIV) y de la batalla de Toro (ganada por los Reyes Católicos a los ejércitos de Alfonso V).
Salvador Bernabéu , director de la Escuela de Estudios Hispanoamericanos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas , se encargó por su parte de relatar el viaje, desde el 10 de agosto de 1519 en el que salieron del Puerto de Sevilla por el Guadalquivir hasta el regreso de única nave, la nao Victoria , a Sanlúcar de Barrameda, el 6 de septiembre de 1522. Bernabéu explicó que la empresa comenzó con buen pie, pero estuvo marcada por las constantes inclemencias. «Fue un viaje con logros magníficos, pero con bajas terribles y tragedias constantes que fueron culpa en buena parte de los capitanes y en especial de Magallanes », explicó el investigador. También negó Bernabéu el hecho de que los capitanes de los barcos o los maestres pasasen hambre, pues los documentos revelan que llevaban alimentos de sobra. «Hambre no pasaron los de arriba, sino los que siempre pasan hambre», explicó el historiador.
Bernabéu, muy crítico con Magallanes , lo calificó como un personaje complicado y errático, que contravino las normas que había firmado ante Carlos I y que por eso mismo, por bajar del barco a tierra a pesar de que lo tenía prohibido, murió en abril de 1521 en la isla de Mactán , en las actuales Filipinas. Su ponencia, acompañada por imágenes tomadas por el propio investigador en sus viajes por los territorios de la expedición Magallanes-Elcano , fue detallando uno a uno los acontecimientos y concluyó señalando que «lo que empezó como una armada hacia la Especería concluyó convertida en una vuelta al mundo, pero que se autofinanció finalmente con la venta del clavo que venía en la 'Victoria'».
La historia de los supervivientes
La profesora de la Escuela Estudios Hispano Americanos de Sevilla Consuelo Varela fue la encargada de abordar la historia de los supervivientes de aquella primera circunnavegación. Explicó por ejemplo que siempre se señala que fueron 18 las personas que completaron el viaje, aunque la realidad es que otros 17 también lo lograron la hazaña aunque volviesen a la península no en la nao «Victoria» sino por otros medios. Varela explicó que «no todos los supervivientes han dejado documentos significativos, pero algunos sí que permanecieron activos en otros viajes, dejando relatos de la gesta o trabajando en la Casa de la Contratación ». Quedó testimonio en la Historia, por ejemplo, del viaje que Juan Sebastián Elcano, Francisco Alvo y Hernando de Bustamente hicieron a Valladolid para relatar la hazaña al emperador. El propio Alvo también ha quedado en la historia por su rotero u hoja de ruta y Antonio Pigafetta por su diario del viaje. Varela recordó algo curioso: que seis de los supervivientes, a pesar de las penalidades pasadas, volvieron a hacerse a la mar para ir hacia las Especerías. Entre ellos, el propio Elcano, que pereció en ese último viaje allá por el Pacífico, donde fue arrojado al agua en un funeral de curiosa sencillez para un personaje de su dimensión universal.
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