Historia
Jean Laurent, el fotógrafo de las costumbres populares del XIX en Córdoba
El Ministerio de Cultura publica en una web parte del catálogo de uno de los principales retratistas de la España decimonónica, con unas 140 imágenes de Córdoba
Hubo un tiempo en que España , y especialmente Andalucía, era vista en Europa como un lugar de fantasía y de leyendas orientales , de bandoleros y poetas, de hidalgos venidos a menos y de gente noble y orgullosa. Era un sitio en el que aún se podían vivir aventuras con riesgo controlado sin salir del continente. Aquella imagen atrajo a viajeros románticos del XIX que luego la perpetuaron en novelas, poemas, óperas y lienzos. Washington Irving, Prosper Merimée, Alejandro Dumas, Hans Christian Andersen o George Sand fueron, por mencionar solo unos cuantos, algunos de ellos.
Hubo también quien supo sacar partido de aquella visión. La idea de una España primitiva se vendía con facilidad y podía plasmarse tal cual a través de la fotografía, una técnica innovadora a mediados del siglo XIX. El galés Charles Clifford primero y el francés Jean Laurent poco después retrataron el país, hicieron fortuna y dejaron testimonio de cómo éramos hace 150 años.
De Laurent se conservan al menos 12.000 negativos repartidos por museos e instituciones nacionales , regionales y provinciales. El Ministerio de Cultura acaba de publicar el primer catálogo digital del artista , uno de los conjuntos visuales más completos y heterogéneos de la España de la segunda mitad del siglo XIX, con una parte del archivo que se irá completando con el tiempo. Son más de 6.300 imágenes , algunas de ellas mostradas al público por primera vez, disponibles en línea y de manera gratuita en una página web. Unas 140 son imágenes de Córdoba tomadas entre 1860 y 1880.
Otras colecciones de la misma época muestran una Córdoba reconocible , con sus monumentos deteriorados por el paso del tiempo. Laurent, por el contrario, se detuvo más en los personajes: hombres, mujeres y niños que ofrecían la imagen que querían los viajeros europeos. Sus fotografías muestran las costumbres y el modo de vida de la última mitad del XIX. Más que a Córdoba, Laurent retrató a los cordobeses .
El fotógrafo francés se esforzó en documentar y catalogar todas y cada una de las imágenes que tomó, bien él o alguno de sus colaboradores. Carolina Miguel, conservadora del Museo del Romanticismo de Madrid y coordinadora del proyecto de catalogación, describe que «a diferencia de otros fotógrafos que trabajaron en esa época, Laurent sistematizó muy bien todos los negativos ». Comenzó su trabajo en torno a 1850, con un estudio en la Carrera de San Jerónimo que previamente había pertenecido a Charles Clifford.
Sus fotografías muestras las costumbres y el modo de vida de la última mitad del XIX; más que a Córdoba, Laurent retrató a los cordobeses
Jean Laurent pronto se dio cuenta de que la fotografía daba para mucho más que hacer retratos y posados. « Era un empresario muy sagaz y vio el potencial de una disciplina que se empieza a desarrollar en esos momentos», relata la conservadora. Montó una compañía, «un gran emporio» en palabras de Carolina Miguel, para vender esas imágenes fuera de España a través de sus catálogos. Pero siempre primó la calidad de la calidad de la imagen, lo que permitió que su empresa, J. Laurent y Cía, sobreviviera casi un siglo, hasta 1930.
«Laurent era un empresario muy sagaz y vio el potencial de una disciplina que se empieza a desarrollar en esos momentos"
Carolina Miguel
Conservadora del Museo del Romanticismo
En esa fecha los fondos de la compañía de Laurent pasan a engrosar el archivo de Joaquín Ruiz Vernacci , un gran fotógrafo español del siglo fallecido en 1975. El Estado se hizo con los negativos y ahora por primera vez pueden consultarse en línea.
Las fotografías de Córdoba muestran lavanderas, carboneros, campesinos, monjes, arrieros... Todos con sus vestimentas típicas, casi posando, porque eso era lo que vendía. Carolina Miguel explica que Laurent «se dio cuenta de que tenía que responder a los gustos de su clientela internacional. Le llamaba la atención que conserváramos costumbres e indumentarias». Por eso creo una serie, llamada Tipos Populares, que en 1862 ya aparecía en sus catálogos comerciales. « Son escenas casi coreografiadas , con personajes populares en entornos bucólicos, como una pintura costumbrista con una imagen muy tipificada», describe la conservadora. Tan es así que algunas de sus imágenes parecen un cuadro de Velázquez , como la escena del reparto de comida a los pobres en una ermita de la Sierra de Córdoba.
Biografía
Jean Laurent Minier (Garchizy, 1816-Madrid, 1886) abandonó su Francia natal para instalarse en Madrid, donde aparece ya en 1844 como maestro jaspeador especializado en artículos de lujo. Es posible que conociera la reciente invención de la fotografía a través de su cuñado, Benjamin Pépin , que ejercía de fotógrafo en la Bretaña francesa. Sea como fuere, en 1855 ya obtiene un privilegio de invención para la aplicación de color a las fotografías y un año más tarde abre su establecimiento fotográfico.
En 1860 la reina Isabel II le nombraría fotógrafo de cámara , momento en el que incluye la mención a dicha condición en los cartones de las copias que vendía. En 1861 publicó el primero de sus catálogos comerciales, en el que predominaban los retratos de los personajes más notorios de la época, como las imágenes de Córdoba . A esto se sumaría la apertura de una tienda en París para comercializar su trabajo en la capital gala.
La muerte de su esposa en 1869, que aportaba al matrimonio una hija de su anterior relación, y la necesaria reorganización de la empresa, cristalizaría en 1874 con la creación de la sociedad J. Laurent y Compañía , en la que figuraban tanto Laurent como Catalina Dosch, su hijastra. Poco a poco el marido de ésta, Alfonso Roswag, fue ganando presencia en la cada vez más exitosa empresa, publicando en 1879 un catálogo con formato de guía de viajes fruto de una de las labores de coleccionismo de imágenes más ambiciosa que se había producido en España hasta la fecha.
En 1881 Laurent decidió retirarse y en 1886 falleció dejando tras de sí el archivo visual español más importante de la época.
En 1900 la colección pasaría a manos de José María Lacoste , en 1915 a Juana Roig y finalmente sería adquirido en 1930 por el fotógrafo Joaquín Ruiz Vernacci . En 1975 el Estado compró el archivo, constituido por cerca de 12.000 negativos de vidrio, que se conserva en la actualidad en el Instituto de Patrimonio Cultural de España. Las imágenes que produjo esta empresa a lo largo de tantos años de actividad se custodian en numerosas colecciones públicas y privadas, tanto de nuestro país como en el extranjero.
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