Viernes de jubilado
Volverán banderas
Lucen muy pocas enseñas nacionales en los actos de la Guardia Civil a su patrona; esperemos que el domingo inunden todos los balcones
En estos días estamos viviendo en Córdoba momentos festivos de la Guardia Civil como homenaje nacional a su patrona. Solemnidad de himnos y emocionante izado de la bandera de España en la mañana del miércoles en Las Tendillas. Lástima que hubiera tan pocas colgaduras en la plaza acompañando y avivando la brillantez del acto . Solo siete enseñas españolas pude contar en el espacioso entorno. Cuatro pertenecientes a una misma vivienda en la esquina con Cruz Conde, una en la esquina con Gondomar, otra en el Instituto Góngora, y la última, altiva, sobre el edificio que hace esquina con la calle Claudio Marcelo.
Muy escasas para que podamos hablar de un cálido recibimiento ciudadano. Me dirán que la mayoría de las ventanas corresponden a hoteles y oficinas , lo cual no justifica su inanidad exterior. Me temo que las direcciones de esos hoteles y los responsables de esas oficinas, al menos, no han estado a la altura de las circunstancias. El alcalde, circunspecto, sería consciente de la soledad cordobesa de esa bandera que entregaba para ser izada.
Supongo que la Guardia Civil merecía más en ocasión tan señalada y como muestra de respeto a su divisa conocida. O Todo por la Patria o nada por la patria , que es lo que sugerían las imágenes publicadas por los medios de comunicación . Los cordobeses somos así. Senequistas, dicen. Con las venas abiertas y exangües parecemos. Si hubiéramos sacado siquiera las que guardamos para el fútbol o los reposteros del Corpus... Pero, no. Solo siete banderas, cuatro de ellas de una misma familia a la que habría que rendir pleitesía patriótica.
Yo no digo que la Guardia Civil sea perfecta. Habrá en su seno desaprensivos y puede que su misión de ángeles de la carretera no beneficie siempre al contribuyente. Pero en su conjunto la labor de este cuerpo es admirable. Con su tricornio y su tradición de sacrificio indiscutible, cada pareja de la Benemérita es una garantía de servicio al Estado y a los ciudadanos. Ninguna otra institución española se le puede comparar en su entrega al bien común de la nación.
Es, por tanto, una vergüenza para Córdoba que la Guardia Civil haya tenido que empezar celebrando su semana grande al amparo de la tibieza patriótica de sus vecinos. Nunca más la recibamos en una plaza vacía de color y vacía de sentimiento. Esperemos que el domingo el ánimo cambie y vuelvan las banderas a acompañar alegres su desfile. Hay que sacar las banderas a los balcones y a la calle, hay que sacar las banderas en alto, a cara descubierta. No agraviando, pues a nadie puede agraviar lo que nos hermana a todos, sino afirmando lo que somos: españoles sin más, españoles determinados a serlo, españoles en marcha .
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