Literatura
Javier Muñoz, arquitecto y escritor: «Mis novelas son de un género ambiguo para que entretengan»
El autor egabrense, que firma como Sierra Eslava, concluye con ‘El Origen’ la trilogía 'El secreto de la almadraba'
Su nombre es Javier Muñoz y se dedica a la arquitectura de un modo profesional. Mas entre las pasiones de este egabrense se encuentra también la escritura, ante la que se presenta con el seudónimo de Sierra Eslava , que rinde tributo al Instituto Aguilar y Eslava. Su última obra, que acaba de ver la luz, se titula ‘El origen’ , y cierra la trilogía ‘El secreto de la almadraba’.
¿Cómo surgió la idea de escribir esta trilogía?
En una visita a un monumento histórico muy especial, en cuyo centro de interpretación encontré unas claves muy interesantes y desconocidas por la opinión pública general. Ello me llevó a plantearme cuestiones acerca de nuestra historia casi a modo de juego, del tipo «¿Qué hubiera pasado si…?» . Y ello dio lugar a ‘El secreto de la almadraba’. A partir de ahí surge un reto próximo al subgénero de la ucronía, en el que unas notas de magia permiten escindir esta historia para que resulte increíblemente fantástica. Da comienzo la novela con un joven pescador gaditano, que se une a una cofradía almadrabera en el siglo XV . Este libro pretendía ser autoconclusivo. Solo que me gusta que el lector ejerza su derecho a finalizar las obras de la forma en que guste, haciendo uso de los ingredientes que el autor pone en sus manos. Ello llevó a un final abierto y sugerente, que terminó por seducirme a mí mismo.
¿Qué hay de ficción y de real en las tramas de la trilogía?
En las novelas hay una fuerte base histórica, que se refiere no solo a hechos y personajes históricos que pululan por sus páginas, sino a los escenarios urbanos y arquitectónicos. Esto es necesario para otorgar a la narración la credibilidad necesaria para que en ella pueda operar la magia, sin que esta sea nota discordante, sino una seductora realidad. Es cierto que no se trata de novelas históricas , pero tampoco fantásticas, sino un género ambiguo en aras al entretenimiento que pretendo proporcionar al lector. Tampoco he abusado de descripciones que por la naturaleza de mi profesión cabría esperar. Por el contrario, he pretendido ser conciso, incluyendo solo aquello que trabaja y trenza en favor de las tramas. No hay nada superfluo, sino que cada ingrediente está pensado para dar el ritmo, matiz o sabor precisos a cada instante o en tiempo diferido.
¿Cuál ha sido el proceso de documentación y elaboración de los textos?
La documentación de una serie de tres novelas en tres tiempos históricos distintos era del todo inabarcable si lo enfocaba desde un punto de vista más propio de un historiador. En mi caso, el proceso de documentación también ha estado bajo el impero de la trama a desarrollar, y lo ha hecho en dos fases: una inicial, cotejando los datos imprescindibles y de sostén de la narración; posteriormente, una serie de iteraciones para enriquecer todo el desarrollo y el contenido. Un proceso, por cierto, muy sugerente que ha terminado influyendo en la trama, bajo el paradigma de que «la realidad supera la ficción ». Mi forma de escribir tiene una gran influencia de mis lecturas. Utilizo el símil de un buen cimiento y una sólida estructura, todo bien planificado, tanto a nivel novela, como también en el papel de cada obra en la trilogía. Sin embargo, para el acabado, dejo gran margen a la inspiración. Eso no quiere decir que me siente expectante ante el papel en blanco, ya que para mí es necesario haber trabajado mentalmente cada pasaje antes de enfrentarme a él, sino que la intervención directa de los personajes y su propia personalidad, terminan por definir tramas o parte de ellas muy distintas a las planificadas.
¿Qué cree que aporta su trilogía al panorama literario actual?
Mi aportación siempre será tan discreta como el lector quiera que sea. Con grandes plumas como mi admirado paisano José Calvo Poyato, un referente en la novela histórica, mi pretensión es ofrecer una lectura diferenciada. Pongo el énfasis inicial en la diversión y el entretenimiento, dignas motivaciones para aproximarse a una lectura. Podríamos hablar de aventuras, pero son obras que se terminan convirtiendo, con la complicidad el lector, en algo más. ¿Cuánto más? Yo simplemente organizo unas propuestas que cada cual puede tomar casi como capas de cebolla .