Ciencia
Investigadores de la Universidad de Córdoba | Sara Pinzi, al servicio del reciclaje y el ahorro energético
La doctora imparte clases de ingeniería térmica en la Escuela Politécnica Superior
Sara Pinzi nació en la región italiana de Siena , en un municipio llamado Abbadia San Salvatore. En su etapa universitaria, llegó a la Universidad de Córdoba dentro del programa Erasmus y la ciudad le gustó tanto que decidió volver para cursar el doctorado. Realizó su tesis con la profesora María del Pilar Dorado Pérez en el área de máquinas y motores térmicos , sobre biocombustibles y energías alternativas y, según explica, luego comenzó a impartir docencia. Es profesora titular del área de máquinas y motores térmicos, donde imparte diferentes asignaturas relacionadas con la ingeniería térmica en los grados de ingeniería y en los posgrados de la Escuela Politécnica Superior. «Las asignaturas que imparto tratan de cómo se transfiere y se convierte el calor en las diferentes formas de energía», comenta. Y añade que «a través de la ingeniería térmica podemos estudiar los motores de combustión , las centrales eléctricas, las turbinas de aviones, los sistemas de calefacción y aire acondicionados, las máquinas frigoríficas y todo lo que tiene que ver con el calor y su aprovechamiento».
Sara Pinzi también se dedica a la investigación en el seno de la universidad cordobesa. Pertenece a un equipo multidisciplinar liderado por la profesora Pilar Dorado y que se llama Biosahe , que significa biocombustibles y ahorro energético. «En nuestro grupo de investigación queremos reutilizar residuos para su aprovechamiento energético en motores, calderas o para su transformación en biomateriales», explica. Todo ello unido al concepto de reutilización o reciclaje y enmarcado dentro del modelo de economía circular. «Esto se realiza a través de un modelo de biorrefinería , ya que en estas instalaciones se obtienen una variedad de productos y bioenergía a partir de biomasa o residuos vegetales o animales», explica Pinzi. El proceso es similar a las refinerías tradicionales, pero más sostenible. Optar por esta alternativa en el futuro permitirá «mitigar nuestra dependencia del petróleo, su impacto medio ambiental y reducir el impacto del vertido de residuos». La profesora recuerda que «desde un punto de vista energético, los residuos que vertemos, fundamentalmente residuos orgánicos y plásticos, muestran que producimos más de la que necesitamos».
En el grupo también han producido biocarburantes (biodiésel) desde diferentes tipos de residuos -como aceites reciclados, aceites vegetales no comestibles, basura o grasas kebab- y otros biocarburantes a partir de pirólisis de plásticos o residuos de café. La grasa residual, según explica Pinzi, puede también «ser empleada para la lubricación». «Con un proceso similar al de la producción de biodiésel, se han obtenido nuevos biolubricantes , que son biodegradables y menos contaminantes que los aceites minerales», agrega.
El grupo de investigación también se ocupa de la determinación de emisiones contaminantes , especialmente de óxidos de nitrógeno y del material particulado -mezcla de partículas líquidas y sólidas que se encuentran en suspensión en el aire- emitido durante el empleo de biocombustibles. La producción de óxidos de nitrógeno se asocia sobre todo a procesos de combustión y los automovilistas la conocerán como NOx, que tanto se limitan en el transporte. «La exposición continuada a óxidos de nitrógeno se relaciona con diversas enfermedades de las vías respiratorias como disminución de la capacidad pulmonar, bronquitis agudas, asma y se considera el culpable de algunos procesos alérgicos», aclara la profesora.
Noticias relacionadas