Ciencia
Investigadores de la Universidad de Córdoba: un doctor contra una enfermedad reumática
Eduardo Collantes lidera el equipo que trata sobre «Enfermedades del aparato locomotor»
![El doctor Eduardo Collantes, jefe de Reumatología del Hospital Reina Sofía](https://s2.abcstatics.com/media/andalucia/2018/10/15/s/investigador-doctor-cordoba-kJF--1248x698@abc.jpg)
Hay una enfermedad reumática frecuente entre la población general -aproximadamente un 0,5% de la misma- denominada actualmente espondiloartritis . Hasta muy recientemente era conocida como espondilitis anquilosante, una patología crónica, inflamatoria que se localiza en la columna, articulaciones periféricas (cadera, rodilla,...), ojo, piel e intestino.
Es, en líneas generales, el objeto de estudio de la investigación que encabeza el doctor Eduardo Collantes , «Enfermedades del Aparato Locomotor», aunque se encuentra más identificado con la nomenclatura «Estudio de los aspectos fisiopatológicos y análisis biomecánico de la expresión clínica de la Espondiloartritis». Precisa el también j efe de Reumatología del Hospital Reina Sofía que «provoca una importante limitación de la movilidad corporal en general y de la columna en particular». Gracias a este estudio, tiene claro que aportarán al conocimiento científico «las bases fisiopatológicas que subyacen en la génesis de esta enfermedad tan intrigante y tan apasionante».
El doctor Collantes, junto a su equipo de investigación, trata precisamente de « conocer en profundidad la enfermedad y el comportamiento de la misma ante determinadas nuevas líneas terapéuticas». Es por ello, añade, por lo que hay varias líneas de investigación, todas conducentes a «contestar las preguntas más relevantes relacionadas con la forma de comienzo, desarrollo, evolución y respuesta al tratamiento». Tratan de estudiar «aspectos genéticos y hereditarios de la enfermedad, pues sabemos que tiene una importante agregación familiar relacionada con la herencia de un gen que predispone (aunque no obliga) a presentar la enfermedad en edades tan tempranas como la veintena».
Pero hay más factores que podrían formar parte de su desarrollo, como la « influencia del medio ambiente (incluida la alimentación y la microbiota intestinal) en la forma de presentación de la enfermedad». Precisa en este punto que «hemos diseñado, y actualmente patentado un sistema de evaluación de la movilidad raquídea , capaz de detectar mínimos cambios, lo que nos permite reorientar el plan terapéutico del paciente, convencidos de que es esta pérdida de la movilidad lo que más fuertemente influye en la calidad de vida de los pacientes». Pero hay más. «También investigamos buscando cuál es el mejor fármaco y otras medidas terapéuticas ; por ejemplo, la fisioterapia o la rehabilitación, que ayuden mejor a favorecer la remisión de la enfermedad, lo antes posible».
¿En qué punto se encuentra? Explica que «estamos obteniendo buenos resultados». Indica, a modo de ejemplo, que han conseguido disminuir el retraso diagnóstico de una media de ocho años a menos de uno, con la consiguiente mejoría en el pronóstico. El objetivo es «conocer por qué aparece la enfermedad en algunos individuos genéticamente predispuestos y en otros no; q ué otros factores externos influyen , no solo en la eclosión de la enfermedad, sino en su forma evolutiva».
Todo esto es el resultado de un amplísimo bagaje que surgió cuando empezó a tener interés por la medicina . Él no recuerda «haber tenido interés por otra profesión» y asegura que en esta vocación influyeron algunas personas, médicos generales que trató en Granada, algunas lecturas («Cuerpos y Almas», de Maxemce van der Meerch) y quizá la idea de que «es la profesión que más se ajustaba a mi forma de ser y de ver la vida». Sobre su interés por la espondiloartritis, afirma que «comenzó en París», donde tuvo «la gran fortuna de conocer al que sería mi mentor europeo, el profesor Bernard Amor », verdadero referente internacional en este campo de la reumatología.
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